También es de las competencias más largas, a veces prosiguen
cuando lo demás ha concluido, tediosas para algunos.
Pero eso no impide reconocer que Cuba reinó 20 años invicta en el
masculino de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, entre Panamá
1970 y México 1990. Y en cuatro de seis ocasiones a ritmo de oro y
plata, interrumpiendo tajantemente una dinastía puertorriqueña de la
misma extensión, desde Barranquilla 1946 a San Juan, Puerto Rico
1966.
Y en cuanto a los campeonatos centrocaribeños, sin haber asistido
a varias convocatorias, nada menos que 14 coronas han conquistado
nuestros garrochistas en 22 certámenes efectuados desde 1967,
destacándose el hoy médico Roberto Moré, Ángel E. García y el
técnico Rubén M. Camino, con tres cada uno.
Moré fue el pionero de Cuba sobre la barrera de los 5.00 metros
hace casi 40 años (1972), y a nivel de América el primero en
descollar en Juegos Panamericanos frente al poderío de
estadounidenses y canadienses, con su bronce en México 1975,
adelantado en 1987 por la plateada de Camino e imitado por los
respectivos terceros puestos de Ángel E. García y Alberto A.
Manzano, en La Habana 1991 y Mar del Plata 1995.
En cuanto al contexto Iberoamericano, Manzano mejoró varias
medallas previas en Medellín 1996 al acreditarse primer campeón
cubano con récord de 5.55. Camino, por su parte, hizo méritos en el
equipo América II para las Copas del Mundo de Roma 1981, séptimo, y
Canberra 1985, sin marcar, en tanto Manzano logró el podio bronceado
en la de Londres 1994. Ninguno ha competido en Campeonatos Mundiales
y en Juegos Olímpicos, el iniciador fue Roberto Moré en Montreal
1976, en blanco finalmente, luego del avance clasificatorio de 5.10
No acudimos a varias citas, incluidas las continentales de
Winnipeg 1999 y Santo Domingo 2003 entre otros motivos por la
factura del periodo especial en una prueba de las más costosas, no
solo por la variedad de pértigas según el peso corporal y las
alturas pretendidas, sino también por el gran tanque de colchones
apropiados y garantes de que los reiterados intentos —válidos o
fallidos— no concluyan en tragedias con las estrepitosas caídas.
La prosperidad en los eventos múltiples contribuyó también a la
rehabilitación idónea de las condiciones para la pértiga, pues sin
ella no habría buenos cómputos globales en el decatlón.
De la nueva hornada de pertiguistas surgió Lázaro Eduardo Borges,
que no es recién llegado ni mucho menos, y de juvenil hace ocho años
(2003) clasificó cuarto de Cuba, con 4.25. Hasta 4.80 subió al año
siguiente y se encaramó a 5.10, líder doméstico en el 2005.
Sus 5.30 del 2006 ameritaron representar al país en los Juegos de
Cartagena, donde el ganador marcó 5.41 pero el segundo apenas 5.00.
Sin embargo, Borges se fue en blanco.
El mismo percance lo desacreditó un tanto en los Panamericanos de
Río de Janeiro 2007, a los que acudió con 5.50 en las costillas. Es
verdad que pudo imponerse con 4.80 en el Campeonato regional de
Bahamas 2005, pero también es cierto que apenas tenía roce
internacional por el famoso retruécano de no vas porque no se tienen
resultados y no se tienen resultados porque no vas.
En el siguiente certamen regional, demorado tres años hasta Cali
2008, consiguió coronarse con solidez de 5.50, poco después de
adueñarse del 5.70 nacional en una prueba de control.
Entonces mereció convertirse en el segundo pertiguista olímpico
de Cuba, aunque pagó la novatada en Beijing 2008 sin lograr un solo
salto válido y en la siguiente lid regional La Habana 2009 volvió a
sembrar frustración, luego de 5.65 en control un mes antes en el
mismo estadio Panamericano.
Caballeros, cualquiera yerra en una prueba tan complicada, sin
excluir a luminarias del linaje de Bubka o Isinbayeva, pero se las
trae ligar de pegueta tres cumbres de un ciclo olímpico y repetir al
arrancar el siguiente.
Sin embargo, paciencia y sobre todo trabajo con un atleta de
condiciones probadas, quien con dedicación logró recomponerse en el
2010, concretando su mejor marca en suelo foráneo (5.60) y ciñéndose
el cetro de campeón iberoamericano en San Fernando, España, donde
hasta amenazó 5.72.
En esta temporada han resultado factores clave para sus éxitos y
repercusión entre los aficionados haberlo soltado al fogueo
internacional tras la estabilidad acreditada por tres 5.50 y un 5.60
en controles caseros, más la entrada en madurez competitiva ya con
25 años a cumplir el próximo día 19, y en coincidencia con cierta
inestabilidad internacional en los rendimientos.
Aunque todavía la temporada mundialista está en pañales y resulta
temprano para especular, lo cierto es que anda colocado quinto del
planeta, empatado, y solo tres tienen 5.80, con el líder en 5.82.
Lo mejor del caso es que el técnico Rubén Camino trae a otro
joven pupilo tras sus huellas, el villaclareño de 22 abriles
Yanquiel Lara, quien con el 5.40 del Barrientos ancló quinto cubano
de todos los tiempos y debe aparecer también en la lista mundial del
año junto a otros 18 con igual registro.
Por el momento digamos que un ya consolidado Borges, junto a un
valor en ciernes como Lara, devuelven a la pértiga cubana su
prominencia de épocas pretéritas, con perspectivas de ascender un
poco más allá, lo que ojalá pueda concretarse.