El propósito es que Invicta, con dos horas de duración y
realizado en secreto, se estrene en los cines este junio, un mes
antes que El juego del cambio, el largometraje de la HBO que
tendrá a Julianne Moore en el papel de la ex gobernadora de Alaska y
a Ed Harris en la piel de John McCain, candidatos republicanos en
las elecciones presidenciales del año 2008.
Un filme el de la HBO que no pienso ir a ver, ha declarado McCain,
mientras que medios como The Daily Beast dudan de que el resultado
final sea "fiel a los hechos" por la manía de Hollywood de
"contratar actores liberales" (léase de izquierdas).
El juego del cambio, que presenta como subtítulo La
trastienda de las elecciones americanas, es un biopic
sobre la Palin con especial atención en los momentos en que ella
irrumpe en aquella contienda tras seleccionarla McCain como
candidata a la vicepresidencia. Un supuesto as de triunfo con
fotogenia de estrella que muy pronto pondría de manifiesto su
impericia política, junto a un conservadurismo fundacional
criticado, pero que también cautivó a más de unos cuantos.
Para la filmación de Invicta, el propio realizador Stephen
K. Bannonm, con joyitas ultra conservadoras en su haber como
Battle for America y Generation Zero, puso un millón de
dólares de su bolsillo. Al contrario de la película de la HBO
––cadena que suele tratar con cierta objetividad temas políticos
internos de su sociedad, como el pucherazo de Bush en la Florida
frente a Al Gore––, nadie duda que Invicta será una obra de
lavado de imagen y promoción que pasará por alto los episodios menos
edificantes de la candidata a la presidencia.
Hasta aquí elementos relacionados con el cine y las dos películas
acerca de Sarah Palin, pero coincidentemente se captan señales que,
encadenadas, pudieran propiciar especulaciones entre especialistas,
no precisamente del ámbito cinematográfico:
Si bien es cierto que hace unos días la lista de posibles
candidatos republicanos a la presidencia parecía cerrada, y Sarah
Palin mantenía un perfil bajo tras una encuesta desfavorable, ahora
acaba de anunciar una gira nacional por importantes sitios ligados
con la historia del país ("Es imperativo que nos conectemos con
nuestros fundadores, nuestros patriotas, nuestros desafíos y
victorias para ver con claridad nuestro camino por delante".)
El estreno de Invicta será en Iowa, estado clave en el
proceso de primarias republicanas; Sarah Palin volvió a contratar a
sus antiguos asesores y al costo de 1,7 millones de dólares, compró
una casa en Arizona, muchos más favorable para una posible campaña
que la lejana Alaska.
Según sus partidarios, ella tiene suficiente imagen como para
saltarse los procesos iniciales de una campaña y, aunque llegue
tarde, vencer a unas figuras sin brillo.
¿Volver el símbolo de "la América" ultraconservadora, esta vez
por la presidencia?
Sus asesores políticos han dicho que "a lo mejor".
Ella, que lo pensará durante su recorrido nacional con discursos
y repercusión mediática garantizados.
Habría que ver entonces qué tan buena es la película de la HBO y
cuánto puede hacer en ese viejo duelo que sostienen el cine y la
política.