Valle de Caujerí
Sin espejismos productivos
YAIMA PUIG MENESES
Las desordenadas producciones que caracterizaron estas tierras
guantanameras en las pasadas cosechas parecen haber quedado atrás.
Hoy el Valle de Caujerí está repleto de vida y colores. En las más
de 2 000 hectáreas que lo conforman crecen variados cultivos.
Atrás
ha quedado la nociva práctica de sembrar grandes extensiones de
tomate que por muchos años limitaron las potencialidades de
desarrollo de estas áreas y las condenaron prácticamente al
monocultivo.
Sobre los hombres y mujeres que esmeradamente los atienden, recae
la enorme responsabilidad de producir cerca del 70 % de los
alimentos que demandan los pobladores del municipio de San Antonio
del Sur. También abastecen con materia prima a la industria Guaso en
la cabecera provincial, a través de una vinculación directa entre el
productor y la industria, que permite este año procesar un tomate
más fresco y por tanto de mayor calidad.
Los resultados obtenidos hasta la fecha confirman los beneficios
de trasvasar el agua por gravedad desde el río Sabanalamar hasta la
presa Pozo Azul —con una capacidad para almacenar hasta 14,5
millones de metros cúbicos. Sin embargo, el Proyecto Valle de
Caujerí va mucho más allá de la conclusión del trasvase.
"Incluye, además, la reparación capital y ampliación del sistema
de riego establecido allí desde hace más de 30 años (iniciado); el
desarrollo de la producción de alimentos con el apoyo de los
resultados obtenidos en la base experimental de semilla (en
ejecución); la reparación del vial San Antonio del Sur-Purial
(finalizada); y el futuro montaje de una miniindustria para procesar
tomate y frutas en el propio Valle, lo cual evitaría el traslado de
estos productos unos 80 kilómetros hasta llegar a Guantánamo",
explica Walker Gamboa Cueto, presidente del Poder Popular en el
municipio de San Antonio del Sur.
La armonización de estos cinco objetos de obra, permitirá a los
más de 900 campesinos que trabajan en el Valle de Caujerí,
convertirlo en un verdadero jardín productivo. No obstante, para
ello también es necesario limar algunos detalles.
RECUPERAR TODAS LAS ÁREAS
"Este año hicimos un plan de siembra campesino a campesino, con
un estricto control de lo que tendrían las áreas y el estimado de
las producciones. Todo ello a partir de las experiencias de la
pasada cosecha, en la cual la producción de tomate fue una de las
más afectadas por la desorganización y falta de previsión", explicó
Guillermo Gude Gamboa, director municipal de Cultivos Varios en la
Delegación de la Agricultura de San Antonio del Sur.
Hoy sucede todo lo contrario: apenas prepararon unas 200
hectáreas destinadas al procesamiento industrial y al finalizar el
mes de abril —aunque todavía no cumplen con el plan de producción—
ya tienen más de 2 000 toneladas.
Igual sucede con el resto de las producciones (viandas,
hortalizas, granos, frutales), cuyos niveles se han incrementado
considerablemente a pesar de que en el primer trimestre del año se
incumplieron algunos surtidos. Similar ha sido la obtención de
leche, huevo y carne.
Aplicar soluciones integrales les ha permitido organizar mejor el
trabajo teniendo en cuenta los resultados de cada campesino. Ello ha
repercutido en el aumento de los ingresos obtenidos por los
trabajadores que pertenecen a cualquiera de las formas productivas
que allí subsisten —tres Cooperativas de Producción Agropecuaria
(CPA), dos Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y seis
Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
"Como promedio mensual nuestros asociados pueden llegar a cobrar
hasta 900 pesos y eso ‘embulla’ a la gente", nos dice Misael
Hernández Rodríguez, presidente de la CPA 17 de mayo. "¡Claro que
nos motiva!", coinciden Yanila Pérez y Mayelín Gaínza, jóvenes
muchachas enfrascadas en la cosecha de tomate en esta CPA.
AL PIE DE LOS SEMBRADOS
En el Valle de Caujerí no hay "varitas mágicas", por eso los
productores no se confían y a la par de las costosas inversiones que
hoy se realizan, constantemente buscan alternativas para no
detenerse.
"Retomar prácticas como el uso de la tracción animal es una de
ellas", dice el director de Cultivos Varios. "Teníamos unos 100
tractores, pero unos pocos están en condiciones de roturar la
tierra. Si hubiéramos esperado por todas las piezas de repuesto,
jamás habríamos rescatado las áreas de siembra. Ya se han alistado
alrededor de 500 yuntas, con las cuales se garantiza la mayor parte
de las tareas".
"Es verdad que con la yunta de bueyes me canso un poco más, pero
lo importante es que no se pierda tiempo. Además, puedo asegurarle
que con este método el arado no hace zanja en el campo y la tierra
queda mucho más desgranada", explica Arioldis Durán Frómeta, un
muchacho de 25 años y que desde los 16 aprendió a roturar la tierra
así.
Mas, aun cuando esta práctica ha demostrado con creces su
efectividad, tampoco debe dejarse de la mano la existencia de una
política de mantenimiento coherente para todo el equipamiento e
instalaciones de que se dispone, y así, dentro de algunos años no
será necesario lamentar las pérdidas de ninguno de los recursos hoy
destinados al desarrollo de estas tierras.
Otra cuestión que todavía constituye un costoso freno para el
desarrollo exitoso de estas áreas es el riego. Si bien ya unas 268
hectáreas de la margen derecha se benefician con el moderno sistema
que se instala —y la sustitución de las áreas restantes marcha según
el cronograma—, todavía en el Valle de Caujerí se pierde
inevitablemente más del 40 % del agua que se trasvasa hasta los
campos por salideros, roturas o llaves de paso que no cierran,
realidad que no podrá solucionarse hasta concluir el programa de
rehabilitación.
Si, además de eso, los productores malgastan una buena parte del
líquido bombeado, poco significa el hecho de que al ponerse en
marcha el trasvase Sabanalamar-Pozo Azul, y hasta el pasado mes de
abril, hayan dejado de consumirse 674 toneladas de combustible en la
generación de energía eléctrica.
"Para atenuar el derroche, desde que inició el año se ha puesto
en marcha un experimento de cobro del agua directamente a los
productores, aunque todavía a precios subsidiados —apenas se pagan
mensualmente 12 pesos por cada hectárea beneficiada. "Cuando
tengamos instalados los metros contadores y sustituidas todas las
redes defectuosas, será más fácil registrar el consumo de cada
productor", explica Onelio Rodríguez Marzo, director de la UEB de
Aprovechamiento Hidráulico del Valle de Caujerí.
UN VALLE QUE RENACE
Otra de las bondades del Valle es la existencia de un complejo de
12 casas de cultivo que además de garantizar la producción de
posturas, fundamentalmente tomate, tiene como objetivo experimentar
con diferentes variedades de este cultivo —ahora lo hacen con 21—,
para determinar las que se desarrollan mejor en estas áreas.
"Un millón de posturas de hortalizas se producen aquí en el año.
La mayoría de los campesinos prefieren las que aquí se engendran por
su calidad", asegura Guillermo Gude Gamboa.
Asimismo, en la CPA 17 de Mayo se potencian la producción y el
empleo de abonos orgánicos, sobre todo de humus de lombriz, del que
anualmente obtienen unas 500 toneladas. También en otras formas
productivas se ha ido generalizando la elaboración de compost. En
áreas del Valle se desarrolla, además, un plan de reforestación en
el que, a pesar de sus buenos propósitos, solo sobrevive el 34 % de
las posturas, pues estas no siempre se cuidan debidamente, aseguran
especialistas del Ministerio de Economía y Planificación.
El Valle de Caujerí todavía puede ofrecer mucho más... las cajas
que a veces no llegan en tiempo, los contratos que todavía no
constituyen una herramienta del trabajo diario, el agua que se
derrocha, las semillas que cada año recorren 160 kilómetros hasta el
frigorífico de Santiago de Cuba para en la época de siembra regresar
al Valle... son pequeños detalles que todavía frenan sus
potencialidades.
Tampoco allí están exentos de problemas organizativos o trabas
burocráticas; sin embargo, han demostrado tener aderezos especiales:
el apego de estos hombres por su pedacito de tierra, y el constante
afán de salvar a toda costa las producciones. |