Científicos estadounidenses instaron este viernes a vigilar la
región japonesa de Ibaraki por la posibilidad de que el estrés
causado en el punto de ruptura de la falla tectónica, que originó el
terremoto del 11 de marzo último, genere presión en sus segmentos
adyacentes.
Expertos del Instituto de Tecnología de California, autores de
una serie de trabajos difundidos en la revista Science, indican que
con esta advertencia no predicen un nuevo sismo, sino que se debe
tener mayor cuidado sobre lo que se da por seguro, reporta Prensa
Latina.
El autor principal de los estudios, Mark Simons, recordó que
muchos pensaban que en el lugar donde se produjo el destructor
terremoto no iba a ocurrir un desastre de gran magnitud, lo que fue
un error.
El sismo de nueve grados en la escala abierta de Richter que
sacudió a ese país tuvo su epicentro en el mar, frente a la costa de
Honshu, 130 kilómetros al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi.
De acuerdo con Simons, el movimiento telúrico genera
interrogantes sobre regiones con características similares a la zona
donde se produjo el terremoto como es el caso de Ibaraki, al sur de
Tokio, capital nipona.
Según el experto, los estudios que se realicen en esa zona
permitirán conocer mejor el deslizamiento de las placas submarinas
durante el movimiento telúrico.
El sismólogo David Wald, del sistema geológico de Estados Unidos,
señaló que los segmentos adyacentes siempre interesan después de un
incidente mayor.
De acuerdo con Thorne Lay, especialista en sismos y profesor de
la Universidad de California, existen muchas regiones donde la
historia de los terremotos no está bien documentada.
Tenemos mucha documentación relativa a la mayoría de las regiones
de Japón, y aún así nos tomaron desprevenidos, expresó el experto.
Japón se encuentra en el cinturón de fuego del Pacífico que es un
arco de volcanes y fallas geológicas en la cuenca del Pacífico.