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El revolucionario tiene el deber de ser realista
... Las revoluciones suelen tener sus períodos de utopía en que sus
protagonistas, consagrados a la noble tarea de convertir en realidad
sus sueños y llevar a la práctica sus ideales, creen que las metas
históricas están mucho más próximas y que la voluntad, los deseos y
las intenciones de los hombres por encima de los hechos objetivos lo
pueden todo. No es que los revolucionarios deban carecer de sueños
ni tampoco de férrea voluntad. Sin un poco de sueño y de utopía no
habría revolucionarios. A veces los hombres se detienen, porque
consideran insuperables obstáculos que son superables. Nuestra
propia historia demuestra que dificultades al parecer invencibles
tenían solución. Pero el revolucionario tiene también el deber de
ser realista, adecuar su acción a leyes históricas y sociales, y a
beber en el manantial inagotable de la ciencia política y la
experiencia universal los conocimientos que son indispensables en la
conducción de los procesos revolucionarios. Hay que saber aprender
también de los hechos y de las realidades.
Fidel, 17 de diciembre de 1975 |
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