Educación técnica profesional: garante del
desarrollo del país Granma conversó
sobre el tema con Alexander Manso, director nacional de esta
enseñanza del Ministerio de Educación (MINED)
OLGA DÍAZ RUIZ
En los últimos años, la Educación Técnica Profesional (ETP)
cubana —que cuenta hoy en sus más de 600 instituciones educativas
con alrededor de 190 000 estudiantes en el curso regular diurno—, ha
instrumentado un grupo de transformaciones importantes dirigidas a
prestigiar nuevamente esta enseñanza, garante de la fuerza de
trabajo calificada que requieren los sectores de la producción y los
servicios a nivel nacional.
El curso venidero,
del total de graduados de noveno grado, cerca del 56 % se
incorporará a la ETP.
Con este objetivo, el MINED y los organismos de la administración
central del Estado se encuentran enfocados en primer lugar en la
reorganización y el redimensionamiento de la pirámide de formación
vocacional de nuestros estudiantes, potenciando cada vez más la
preparación con calidad de los obreros calificados (OC), aseguró
Alexander Manso, director nacional de ETP.
A partir del año pasado, gracias al trabajo de orientación
profesional y al intercambio con la familia, los estudiantes y el
claustro de profesores en todos los niveles de enseñanza, y con
mayor énfasis en la secundaria básica, se logró un incremento de
cerca de 12 000 estudiantes en las especialidades de OC, que están
llamados a fortalecer los sectores agropecuario, de la construcción
y la contabilidad, precisó, y adelantó que para el curso 2011-2012,
se aprobó la apertura de una nueva especialidad de OC en servicio de
belleza, ya creada como técnico de nivel medio.
Por este buen hacer, el curso venidero, del total de graduados de
noveno grado, cerca del 56 % se incorporará a la ETP, lo que se
traduce en más de 70 000 jóvenes, y de ellos, más de 47 000 serán
OC. El salto es realmente significativo en este sector, pero todavía
quedan retos.
El país está llamado a producir y desarrollarse con el esfuerzo
de todos, pero no es ese un proceso que pueda dejarse a la
espontaneidad —señaló oportunamente. La educación técnica cubana
debe hacer coincidir los intereses personales y familiares con las
necesidades sociales, y es por esa ruta que se deben dirigir las
principales acciones de formación vocacional.
Lo esencial es garantizar que nuestros jóvenes quieran acceder a
las especialidades priorizadas, destacó Manso, a las que realmente
producen los bienes y servicios para alcanzar nuestro desarrollo
económico como nación. Y queremos que lo hagan con pleno
conocimiento del perfil ocupacional de estas carreras, las
posibilidades de superación y el salario, entre otras cuestiones.
Un aspecto prioritario también es elevar la calidad de la
educación profesional de nuestros estudiantes, a partir del vínculo
permanente y sistemático con los organismos rectores de las 45
especialidades técnicas y las 20 de OC. En este punto, se han dado
pasos de avance considerables, pero no podemos disminuir empeños,
afirmó.
LA EXPERIENCIA DE LAS AULAS ANEXAS
Entre las principales transformaciones que se han desarrollado de
forma positiva hasta ahora, un punto clave es el funcionamiento de
las aulas anexas, modelo que comenzó a implementarse desde el curso
anterior con 734 espacios prestando servicios. Actualmente, existen
1 368 aulas dispuestas, cifra que según se prevé, seguirá creciendo.
Las aulas anexas se crearon para aprovechar al máximo las
potencialidades, la tecnología y el conocimiento de los
especialistas de las distintas entidades de la producción y los
servicios, permitiendo a los estudiantes adquirir todas las
habilidades y herramientas de su oficio. Lo esencial es que aprendan
trabajando, explicó.
Constituyen espacios de interacción de los muchachos con los
contenidos cardinales de su carrera y con la disciplina y el rigor
de la vida laboral. Pero esto implica un desafío grande para la
enseñanza técnica cubana, observó, en tanto es un proceso educativo
que se desarrolla fuera de las instituciones docentes.
Según Manso, es vital que se continúe perfeccionando y
articulando esta práctica, hasta lograr que en las aulas anexas se
cumpla con los mismos requerimientos pedagógicos, didácticos y
metodológicos que en la escuela. Debe accionarse también en la
preparación de los más de 3 000 especialistas de la producción
vinculados a la docencia por este concepto, a los que es preciso
garantizar las herramientas básicas para desempeñarse como
pedagogos. Hasta ahora, la experiencia es por supuesto perfectible,
pero el esfuerzo vale la pena. |