El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reiteró hoy que su
país vive un conflicto armado interno, concepto a incluirse en la
denominada Ley de Víctimas que se tramita en el Congreso.
Aquí no hay nada nuevo porque en el país se vive un conflicto
armado desde hace varios años y que el mensaje es claro y
contundente porque eso no significa conceder el estatus de
beligerancia, dijo Santos.
El presidente se expresó así al término de una reunión con la
bancada del oficialista Partido Social de Unidad Nacional (Partido
de la U) y tras la cual anunció que esa colectividad respaldará
unánimemente la ponencia del referido proyecto de ley.
El Partido en su totalidad quedó satisfecho y no solamente
satisfecho sino que va a apoyar la ley de víctimas en forma unánime,
cosa que nos complace mucho porque es una ley que va a ser de gran
significado para este país, indicó.
A su vez, subrayó que dicho proyecto de ley ha generado muchas
expectativas a nivel nacional e internacional.
Santos también explicó que en la reunión, que se prolongó por
cerca de tres horas, participaron los comandantes de las Fuerzas
Armadas, quienes manifestaron sus opiniones y coincidieron en la
necesidad de reconocer la existencia del conflicto armado.
Todos coincidieron en decir que para ellos es muy importante,
fundamental, el reconocimiento de ese conflicto armado interno,
porque de otra forma las operaciones que vienen realizando no se
podrán realizar, puntualizó.
Sin embargo, Santos insistió que aceptar la existencia del
conflicto no significa que el Gobierno deje de catalogar a los
miembros de las guerrillas como terroristas.
De ninguna manera significa que les estamos dando un
reconocimiento especial y mucho menos que estamos allanando el
terreno para la beligerancia, porque no cumplen ninguno de esos
requisitos, agregó.
En tanto, para algunos analistas la decisión adoptada por la
bancada del Partido de la U, al que pertenece Santos, supone, en
cualquier caso, una derrota de las tesis expuestas por el
expresidente Álvaro Uribe.
El exmandatario es un férreo opositor a la posibilidad de que se
reconozca la existencia de un conflicto armado en el país y durante
su ochos años de administración (2002-2010) lo negó.
Criticó el proyecto de ley argumentando que el reconocimiento del
conflicto abriría la puerta a la condición de beligerancia a las
guerrillas, pero Santos respondió sin entrar en la polémica abierta
y directa manteniendo su posición.