El
presidente estadounidense, Barack Obama, visitará este martes la
ciudad de El Paso, en Texas, para retomar el tema de la reforma
migratoria, pendiente a resolver previo a las elecciones de 2012.
La visita de Obama a esa localidad fronteriza con México es parte
del impulso que intenta dar la Casa Blanca a un plan migratorio
integral para endurecer las leyes de inmigración, que enfrenta una
creciente resistencia de los gobiernos estaduales y la policía,
reporta Prensa Latina.
Mediante esa iniciativa, conocida como Comunidades Seguras, las
fuerzas policiales deben tomar las huellas dactilares de los
detenidos y enviarlas a la base de datos del Servicio de Migración y
Aduanas, lo cual facilita la deportación de personas si son
ilegales.
El diario The New York Times señaló el viernes pasado la decisión
del gobernador de Illinois, Pat Quinn, de abandonar el programa por
considerarlo discriminatorio, mientras que el Congreso de California
estudia un proyecto de ley que permitiría a los agentes del orden
elegir si desean o no participar en ese plan.
También el gobernador de Massachussets, Deval Patrick, criticó
con dureza la normativa y el condado de Montgomery, en Maryland,
decidió retirarse de la misma.
Comunidades Seguras comenzó en Texas en 2008 y opera en la
actualidad en más de mil 200 jurisdicciones de la Unión.
El proyecto demuestra el dilema del presidente norteamericano,
quien por un lado trata de contentar a la comunidad hispana con sus
promesas de reforma migratoria y por otro a los republicanos
mediante planes de mano dura contra la inmigración ilegal, comentó
el rotativo.
Al respecto, recordó The New York Times, en los dos primeros años
del gobierno de Obama se deportaron casi 800 mil personas, un récord
en la historia de Estados Unidos.