Según el rotativo, citado por DPA, el barco en cuestión
transportaba a 72 personas, entre ellas varias mujeres, niños y
refugiados políticos, que navegaron a la deriva durante 16 días
desde que se les acabó el combustible, 18 horas después de haber
zarpado desde Trípoli el pasado 25 de marzo.
"A pesar de que se dio la alarma por parte de los guardacostas
italianos y de que el barco estableció contacto con un helicóptero
militar y con un navío de la OTAN, no se realizaron tareas de
salvamento", afirma el diario.
De acuerdo con PL, Abu Kurke, uno de los sobrevivientes, relató a
The Guardian que cada mañana encontraban más cadáveres que, después
de 24 horas, eran arrojados al mar.
Según estipula el derecho marítimo internacional, todos los
buques, incluidos los militares, están obligados a atender llamadas
de socorro y prestar auxilio a otras embarcaciones que se encuentran
en las proximidades y estén en peligro.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a
través de su portavoz Laura Boldrini, subrayó que el Mediterráneo no
puede convertirse en el lejano oeste. Quienes hacen oídos sordos
ante llamadas de auxilio en el mar deben ser castigados, agregó.
La investigación del diario británico llegó a la conclusión de
que el buque de la OTAN era el barco francés Charles de Gaulle.
En principio, las autoridades galas negaron la presencia del
portaaviones en la zona de la tragedia en la fecha indicada y luego
se rehusaron a comentar las noticias publicadas.
También la OTAN negó el lunes haber rechazado socorrer al grupo
de migrantes africanos que perecieron en su intento de alcanzar la
isla italiana de Lampedusa.