La urgencia de ahorrar agua en la Capital

Livia Rodríguez y Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

El suministro de agua en la capital enfrenta hoy la situación más crítica del último medio siglo.

Fotos: Yander ZamoraEl ingeniero Antonio Castillo Pérez señala con el dedo el nivel de agua que debía tener en esta época del año la taza chica de Vento, totalmente seca como se aprecia en la gráfica.

La combinación de dos años consecutivos con precipitaciones muy por debajo del promedio histórico y la ineficiencia de un acueducto deteriorado por el paso del tiempo, condujeron al notable descenso de los volúmenes acumulados en las fuentes de abasto subterráneas y superficiales. Solo en el trayecto hasta su destino, se pierde aproximadamente el 70% del agua bombeada entre la fuente y el consumidor.

Datos aportados por la delegación provincial del Instituto de Recursos Hidráulicos (INRH) indican que casi la mitad de la población de la urbe ya sufre serias afectaciones en el régimen habitual de entrega de tan vital recurso (hay un déficit de 328 119 metros cúbicos diarios), mientras alrededor de 111 000 personas solo la reciben de modo permanente mediante el empleo de carros cisterna.

De manera más solapada que los huracanes, esta sequía hidrológica, unida al mal estado técnico de unos 2 194 kilómetros de redes, casi el 70%, y otros problemas de infraestructura, también perjudican a la economía del país.

Baste decir que en la actualidad trabajan 140 pipas para garantizar el agua a ese grupo poblacional que no tiene otra forma de obtenerla; esos vehículos consumen como promedio diario 8 000 litros de diésel y 4 700 de gasolina.

Fotos: Yander ZamoraVista que muestra el panorama sumamente tenso en que se encuentra la Cuenca Almendares-Vento, por la escasez del preciado líquido.

Asimismo, por las dificultades mencionadas en el sistema de acueductos, se extrae desde las fuentes de abasto un volumen de agua equivalente a 726 litros por habitante cada día, dos veces la cantidad prevista en la norma establecida de 325 litros/h/d. Ello refleja que están sobreexplotadas.

Las labores de mejoramiento y medidas oganizativas que se acometen ahora y para los próximos años en la capital están dirigidas a enfrentar este derroche, que es posible resolver sin necesidad de fomentar nuevas fuentes de abasto, lo cual sería mucho más costoso.

Por ejemplo, cuando comenzó el proceso de rehabilitación de la Península de Varadero a finales de los noventa del siglo pasado, el consumo era de 980 litros por persona al día; los trabajos realizados en estos años han permitido hoy que aquel derroche se haya podido erradicar y lograr la racionalidad de un consumo de 243 litros por persona al día, ¡cuatro veces menos!

Una de las fuentes de abasto que enfrenta un panorama sumamente tenso es la Cuenca Almendares-Vento, que tributa el preciado líquido a más de 800 000 personas residentes en los municipios habaneros de Boyeros, Arroyo Naranjo, Centro Habana, La Habana Vieja, Plaza de la Revolución, Diez de Octubre, Cerro y Cotorro.

Según precisó el ingeniero Antonio Castillo, subdirector de operaciones de Aguas de La Habana, a partir de finales del 2008 los niveles comenzaron a descender de manera gradual y en el Canal de Vento son actualmente de apenas 0,62 centímetros, cuando debía estar en un metro y cuarenta centímetros.

Los estimados sugieren que antes del mes de abril pudieran llegar hasta los 0,50 cm, el cual sería el más bajo reportado en todas las épocas. En estos momentos, el déficit en la entrega de agua en el Canal de Vento asciende a 106 000 metros cúbicos diarios.

Otras fuentes en estado muy crítico son Aguada del Cura, que está prácticamente colapsada y asume el sur del municipio de Boyeros (Santiago de las Vegas, El Cacahual y otras localidades aledañas, con una población estimada de 52 000 personas), y la de Ariguanabo.

De igual modo muestran un escenario en extremo complejo las presas La Zarza y La Coca, en el este de La Habana, ambas casi secas, mientras a la de Bacuranao solo le queda agua disponible para 138 días. Lo anterior obliga a un uso más racional y eficiente en su explotación.

INVERSIONES EN LA MIRILLA

Como precisó a Granma el ingeniero Jorge Kalaf, vicedelegado de la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos en La Habana, en el plan de inversiones aprobado para el 2011 hay destinados catorce millones de pesos para la ejecución de diversas obras dirigidas a mitigar el efecto de la sequía sobre el estado de las fuentes y la distribución de agua.

Poco más de cuatro millones de ese monto financiero se invertirán en el trasvase de la Presa Jaruco (provincia de Mayabaque) hacia la cola de la Presa La Coca, con una conductora de 9,3 kilómetros de largo, capaz de inyectar a ese último sistema 300 litros por segundo cuando entre en funcionamiento.

Precisó el especialista que también se construirán varias conductoras para mejorar la entrega de agua a los repartos La Cumbre, San Matías, Dolores, Juanelo y California, además de acometer la rehabilitación de la que tributa al municipio de Regla, en la actualidad en mal estado técnico, y la correspondiente al pozo El Gabriel, con la finalidad de incrementar el caudal y presión al sistema de abasto central.

En total son 18 las acciones que se ejecutarán durante el presente año, incluidas la instalación de válvulas y la perforación de pozos, como el número 20 de Cuenca Sur, cuya finalidad es completar la reserva de agua de ese sistema.

Kalaf indicó que desde hace tiempo la capital trabaja en la rehabilitación de las redes en mal estado (en el año 2010 fueron reparados 82,3 kilómetros), y la supresión de salideros en campos de pozos y grandes conductoras.

Tales medidas, y la terminación de un grupo de inversiones planificadas con anterioridad, posibilitan que La Habana pueda enfrentar la aguda escasez de agua en mejores condiciones a la de etapas anteriores.

Serán necesarios, además, la desconexión de los usuarios acoplados en ruta a las conductoras mediante fuentes independientes y el reajuste de operaciones que permitan atenuar el déficit de los sistemas deprimidos después de ejecutar las obras.

Por ser una de las mayores consumidoras del preciado recurso, la delegación provincial de la Agricultura elaboró un plan de acción para emplear menos agua, sin afectar los compromisos con la producción de alimentos, que incluye el cambio de las estrategias de siembra y del sistema de riego a otro más eficiente.

Teniendo en cuenta indicadores históricos, el INRH trabaja en el reajuste de las normas de cada entidad de acuerdo con el Balance de Agua aprobado para este año, el cual forma parte del plan de la economía.

También, y por la gravedad de la contingencia, se valora la posibilidad de cortar el servicio a los que sobrepasen el consumo planificado.

Más allá de las acciones previstas para reducir el consumo en el sector estatal, es imprescindible sensibilizar a la población sobre la importancia de usar de manera racional el agua y extremar las medidas de ahorro.

Por supuesto, habrá que pensar en soluciones capaces de facilitar la compra a los ciudadanos de válvulas, grifos, llaves de paso, zapatillas y otros herrajes que, actualmente, se comercializan de forma mayoritaria en pesos convertibles.

FRENAR EL DERROCHE

Si no se elimina el despilfarro en viviendas y centros laborales, caerá en pozo ciego la inversión millonaria destinada a erradicar el mal estado de las redes y conductoras.

El control y la sanción a las entidades que incurran en un sobreconsumo de agua despuntan como alternativas, pues hay falta de gestión de los directivos para sellar salideros en sus empresas, y en muchas de estas no existe un plan de ahorro de acuerdo con las actuales urgencias.

Un ejemplo es el restaurante Las Ruinas, de Arroyo Naranjo, que con una demanda menor, utilizó en el mes de noviembre 6 460 metros cúbicos de agua, cifra superior a la contratada por el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro a la Empresa de Acueductos y Alcantarillados, y tras los señalamientos y medidas adoptadas consumió la mitad, 3 120 metros cúbicos.

Otros modelos muy derrochadores están agrupados en 128 grandes consumidores, donde sobresalen el Palacio de las Convenciones, la Universidad de Ciencias Informáticas, y las escuelas nacionales de los Comités de Defensa de la Revolución y la Lázaro Peña, de la Central de Trabajadores de Cuba.

En un año, ese poco más de un centenar de grandes consumidores derrocharon el agua que se necesita para abastecer a más de 64 000 personas, a razón de 450 litros por día.

Obras ejecutadas para mitigar los efectos de la sequía en la capital

Conductora Presa Bacuranao-Planta de Filtros
Conductora Pata Norte
Conductora Nudo B Calle 10
Nudo C Tanque de Alamar
Conductora Pata Sur primera etapa
Conductora Presa La Coca-Estación de Bombeo La Zarza
Toma en el poblado de El Rincón, para el abasto de agua a vagones de ferrocarril

 

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