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El gobierno brasileño destinó hasta hoy mil 180 millones de reales,
unos 695 millones de dólares, para socorrer a los miles de
damnificados por intensas lluvias en la región serrana de Río de
Janeiro.
El Diario Oficial de la Unión publica este viernes una Medida
Provisoria, firmada por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que
autoriza conceder una subvención de 400 millones de reales (unos 235
millones de dólares) al Banco Nacional de Desarrollo Económico y
Social (BNDES).
La Medida precisa que el BNDES utilizará ese dinero en
operaciones de financiamiento contratadas hasta el 31 de diciembre
venidero, destinadas a capital de giro e inversiones de empresas y
microemprendedores individuales de municipios del estado de Río de
Janeiro, afectados por las intensas lluvias de la semana pasada.
Con esos recursos llegan a mil 180 millones de reales, unos 695
millones de dólares, los liberados por el gobierno federal en ayuda
emergente a los municipios de Nova Friburgo, Teresópolis,
Petrópolis, Sumidouro, Sao José do Vale do Río Preto, Bom Jardim y
Areal, en la región serrana fluminense.
La cantidad de damnificados (desalojados y desabrigados) por las
fuertes precipitaciones de la semana anterior en esos territorios
varía según quien emita el reporte, sea la Defensa Civil o las
autoridades locales, y va de más de 14 mil a más de 20 mil.
Son ellos quienes podrán recibir la ayuda económica emergente
liberada hasta ahora por el gobierno federal, suma que se agrega a
los 780 millones de reales (unos 459 millones de dólares) que serán
repasados por la Unión a los municipios para la reparación de los
daños materiales y otras acciones de socorro.
El último balance parcial de organismos de rescate y de
autoridades locales confirman hasta ahora la muerte de 762 personas,
de ellas 365 en Nova Friburgo, 304 en Teresópolis, 64 en Petrópolis,
22 en Sumidouro, seis en Sao José do Vale do Río Preto y una en Bom
Jardim.
Esa cantidad de fallecidos convierten a la tragedia de la región
serrana fluminense en la peor catástrofe natural de la historia de
Brasil, que supera por mucho la acontecida en 1967 en la ciudad de
Caraguatatuba, en el litoral norte del estado de Sao Paulo, donde
murieron 436 personas.