Los delegados aprobaron el Proyecto de Estatutos, que incluyó
pocos cambios, la mayoría de nomenclatura, para simplificar
procedimientos y reforzar el papel rector y regulador del Partido en
la sociedad.
El texto promovió el espíritu crítico y autocrítico, y abogó por
darles mayor poder a los comités en niveles inferiores para
denunciar violaciones disciplinarias y éticas entre los cuadros
superiores.
El propio secretario general saliente, Nong Duc Manh, admitió que
la militancia espera más de sus líderes, y saludó todo señalamiento
que permita superar las insuficiencias en la dirección partidista.
Su sucesor, Nguyen Phu Trong, consideró que los debates de los
últimos nueve días reflejaron el carácter democrático del cónclave y
su deseo de responder ineludiblemente a los intereses del pueblo.
Ratificó el compromiso de la nueva dirección política con la
soberanía del país, siguiendo con creatividad la ideología
marxista-leninista y la moral del prócer Ho Chi Minh.