Anda la ONU y hasta su Consejo de Seguridad muy atareados por
estos días, en que se escuchan discursos y se proponen resoluciones
—algo es algo— para tratar de detener la construcción de
asentamientos israelíes en tierra palestina.
Cuando ya todo parecía indicar que —al fin— el Consejo de
Seguridad tomaría un acuerdo al respecto, apareció la voz de la
secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para criticar
a quienes pensaban llevar el tema a ese nivel.
Estados Unidos se opone a una propuesta realizada por países
árabes y presentada por el Líbano para llevar al Consejo de
Seguridad una resolución condenando los asentamientos, expresó la
señora Clinton.
Y agregó: "No vemos que las acciones en Naciones Unidas o en
cualquier otro foro sean útiles para alcanzar el objetivo deseado".
Y, aunque todo parece indicar que el apoyo a la resolución es
casi unánime, ya se habla de un posible veto norteamericano, lo que
no es de dudar luego de las declaraciones de la Secretaria de
Estado.
¿Es una advertencia o será un veto? Habrá que esperar el momento
final del debate en el recinto de Nueva York.
Una vez más —ya son varias decenas de veces— Washington da la
espalda al reclamo universal para que Israel cumpla con la exigencia
de parar la construcción de asentamientos, o lo que es igual, ponga
fin a la colonización judía de los territorios palestinos.
A Israel no se le puede tocar ni con el pétalo de una rosa. Todo
lo contrario, el Pentágono sigue jugando a la carta de brindar toda
ayuda militar —más de 3 000 millones cada año— para que Tel Aviv
continúe reprimiendo palestinos, mientras levanta lujosos
apartamentos donde vivirán ciudadanos judíos.