Irán invitó este martes a representantes de países del Grupo de
Viena y otros miembros del Organismo Internacional de la Energía
Atómica (OIEA) a visitar dos de sus principales instalaciones, para
probar la transparencia de su programa nuclear.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ramin
Mehmanparast, destacó en rueda de prensa que la iniciativa del
Gobierno persa incluye a los embajadores ante el OIEA para que
recorran las plantas de Natanz, dedicada al enriquecimiento de
uranio, y la de Arak, reporta Prensa Latina.
La invitación es una nueva iniciativa de la República Islámica
destinada a mostrar la transparencia de sus actividades nucleares
pacíficas , puntualizó Mehmanparast en su briefing semanal con los
periodistas.
Precisó que los diplomáticos que recorrerán las dos instalaciones
pertenecen al Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU más Alemania), la Unión Europea, el Grupo de los
77 y el Movimiento de Países No Alineados.
Las visitas se realizarán los días 15 y 16 de enero, puntualizó
por su lado el jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán
(OEAI), Ali Asghar Soltanieh, al reiterar que el plan está en línea
con la política nuclear transparente de la República Islámica.
El representante iraní recordó que embajadores acreditados en
Viena hicieron una visita similar a la Unidad de Conversión de
Uranio de Isfahán, en 2006, ocasión en la que se reunieron con
autoridades y científicos, lo mismo que podrán hacer muy pronto,
acotó.
La invitación ocurre en momentos en que Teherán mantiene el
compromiso con el G5+1 de retomar las conversaciones sobre asuntos
atómicos a finales de este mes en Turquía.
De este modo, apuntaron medios noticiosos oficiales como el canal
Press TV y la agencia estudiantil de noticias ISNA, se desmoronarán
las especulaciones urdidas por Occidente como parte de su hostilidad
contra la nación persa, negada a renunciar a desarrollar su programa
nuclear con fines civiles.
Las principales potencias mundiales desestimaron en mayo del año
pasado un acuerdo tripartito (Irán, Turquía y Brasil) para zanjar el
contencioso por el enriquecimiento de uranio en este país y, en
cambio, promovieron un cuarto paquete de sanciones económicas contra
la nación islámica.