Aprenden del tabaco mientras lo siembran
Entre los productores de tabaco en Pinar del Río
se halla también el Instituto politécnico agropecuario Tranquilino
Sandalio de Noda, el cual entrega hojas para capa, forma fuerza
calificada para el territorio… y posee la Doble Corona de Excelencia
Nacional que otorga la Agricultura Urbana
Joel Mayor
Lorán
Joel@granma.cip.cu
En esta escuela crece el tabaco cual si fuera en una cooperativa.
No hay mejor modo de formar a la fuerza técnica calificada que
trabajará luego en el cultivo de esa solanácea. Por eso, el
Instituto Politécnico Agropecuario Tranquilino Sandalio de Noda, en
las afueras de la ciudad de Pinar del Río, es considerado un
productor más.
El
Tranquilino Sandalio de Noda ha sembrado en sus muchachos el amor a
la tierra y el deseo de trabajar.
Cuenta Mariana Chala, la directora, que en la última cosecha
obtuvieron 81 quintales de hojas para capa en tres hectáreas,
aportaron casi 50 000 pesos al presupuesto de Educación y ganaron
otra cantidad considerable en CUC, para uso del propio centro.
"La Empresa de tabaco es nuestra madrina. Con ella tenemos
nuestro principal convenio: le vendemos el producto y nos abastece
de postes, telas, fertilizantes, semillas, implementos de trabajo,
mangueras... También los hemos firmado con todas las entidades de la
Agricultura, y nos proveen de insumos, lubricantes, combustible,
bibliografía y el aula especializada, a fin de que los estudiantes
logren las habilidades profesionales para la elaboración del tabaco.
Yurisleydis
Barrios elogia la formación que recibe en el politécnico pinareño,
las condiciones de que disponen y la calidad de los profesores.
"De la misma manera, los profesores de la escuela van a la
empresa a capacitarse, y esta nos envía especialistas según nuestras
necesidades docentes. Disponemos, además, de tres aulas anexas en
diferentes entidades, donde reciben lecciones sobre sistemas de
riego, viveros móviles o fijos, y cultivo protegido".
¿TABAQUEROS O MAESTROS?
El papá de Yurisleydis Barrios siembra tabaco y la mamá estudió
en la Escuela Formadora de Maestros. Quizás por eso pretende unir
ambas labores y dedicarse a impartir clases en el politécnico para
enseñar el cultivo de la aromática hoja.
"Y por la importancia de este renglón para el país, porque me
encanta mi escuela, que nos ofrece una excelente preparación, con
profesores de muy buena calidad, así como las áreas y aulas
especializadas para formarnos como técnicos agrónomos competentes",
expresa la joven.
Yurisleydis es la presidenta de la FEEM en el centro, fue
delegada directa al IX Congreso de la UJC, y adora el olor que se
respira en la pequeña tabaquería del plantel, las habilidades que
adquiere y transmitir lo aprendido a otros. Algo parecido le ocurrió
a Raidel Mena —hoy al frente de este grupo de alumnos de tercer año
de Agronomía—, a Gretel Izquierdo, Ana María González, y Redi Peña,
el subdirector general.
"Buena parte de los mejores estudiantes contribuyen a darle
continuidad y cobertura al claustro. Del colectivo de 87, más de 30
son egresados nuestros. Han defendido maestrías. Los seis mejores
expedientes de cuarto año ya se adiestran, realizan las prácticas
pre-profesionales aquí, con tal de ingresar a carreras pedagógicas
con perfil agropecuario", revela la directora.
Como poseen un aula donde convierten las hojas en puros, tienen
una opción más: incorporarse a la tabaquería de la provincia.
REY CON DOS CORONAS
Por si no bastara, el incremento y consolidación de cada uno de
los subprogramas del movimiento de la Agricultura Urbana, propició
que les entregaran la Doble Corona de Excelencia Nacional. En sus
45,3 hectáreas de tierras cultivables destacan no solo las dedicadas
a tabaco, arroz, frijoles y viandas, sino las que garantizan
hortalizas, frutas y alimento animal.
En dos años han desarrollado una hermosa finca con 153 especies
de frutales. Cosecharon piña, fruta bomba y ya comienzan a recoger
guayaba, cítricos y marañón.
Minervino Delgado llegó al prestigioso politécnico en 1995, a
enseñar sobre Sanidad Vegetal; ahora funge como subdirector docente
de enseñanza práctica y producción.
"A los muchachos se les enseña a querer la tierra cuando los
llevas al área de labor y les muestras todas las atenciones a los
cultivos, los beneficios para ellos y la sociedad. Creo que lo hemos
logrado: los involucramos en cuanto hacemos; con su esfuerzo
conquistamos la Doble Corona; les hemos transmitido el deseo de
trabajar, que solo de la agricultura salen los frutos que necesita
el hombre".
"La escuela ha sido seleccionada varias veces para la
reproducción de semillas, como la Caribe 7, introducida en el país
por el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana", añade Mariana Chala.
CASI CENTENARIA
Mucho más puede escribirse sobre esta institución vueltabajera
que cumplirá 98 años el próximo 26 de enero, y que se enclava en el
lugar donde durmió Maceo tras el combate de Las Taironas, en su paso
hacia Mantua con la Columna Invasora. La construcción, erigida en
1913 para formar maestros agrícolas, fue después instituto
tecnológico del tabaco y finalmente Instituto politécnico
agropecuario.
A los 187 jóvenes que ya están en segundo, tercer y cuarto años,
se adicionan en este curso 243 que aspiran a convertirse en técnicos
medio en Agronomía, 33 que prefirieron Zootecnia Veterinaria y 24
que serán obreros calificados en Agronomía.
Al politécnico pinareño también lo distinguen instalaciones
equipadas con cuanto requiere el correcto manejo de las especies
(aves, cerdos, conejos, ganado vacuno u ovino caprino) y los molinos
para procesar pastos y granos.
Han adquirido habilidad en la elaboración de aceite de girasol,
lo clarifican y aprovechan la torta de desecho como alimento para
cerdos y pollos. Incluso, rotan el cultivo por todas las áreas del
centro, pues se ha medido su impacto al inhibir la aparición de la
plaga de cebolleta.
Yurisandi Valdés, alumno de tercer año de Agronomía, sostiene que
no hay razón para temerle a la agricultura. El papá trabaja en una
UBPC y han compartido entre ambos la siembra de arroz, frijoles,
tomate y pimiento, con tal de asegurar la alimentación en su casa.
"Nuestro Presidente, Raúl, lo dijo: ‘hace falta virarse para la
tierra’".
El plantel pinareño consigue inculcar esa idea entre sus pupilos.
La retención en el ciclo de estudio suele rebasar el 90%.
Prácticamente no hay muchacho de los alrededores que no desee
estudiar en la escuela, seduce incluso a muchos de la ciudad: se
sienten atraídos a convertirse, al unísono, en aprendices y
productores de tabacos. |