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Complicidad de muchos con dos que se quieren

MARNIE FIALLO GÓMEZ

Si les dijera que este comentario lo ha provocado un programa de televisión de excelente factura y sensibilidad extrema, transmitido por la Televisión Cubana cada martes en la noche; no tendré siquiera que mencionar su nombre, muchos coincidirán conmigo.

Una entrevista semanal ha personalidades de la cultura nacional pone a la familia cubana frente a los televisores, no importa de quien se trate, siempre habrá talento, confesiones, música, improvisaciones, humor, poesía, se bailará con palabras, se vivirán los suspiros y la complicidad nos sentará en esa sala y sentiremos en carne propia cada pregunta, cada respuesta, cada risa, cada lágrima.

El entrevistador, Amaury Pérez, se ha lucido en ese rol, su naturalidad y carisma nos facilita el intercambio emisor-receptor y elimina las distancias entre ese escenario y nuestras casas, sin adulaciones, ni falsos cumplidos.

Los entrevistados siempre sorprenden con sus historias en cada conversación, ya sea de la familia, los amores, o los obstáculos en el camino de la vida; nerviosos o resueltos siempre abren las puertas de su intimidad para hacernos sabedores de aventuras y desventuras.

También la ambientación creada ayuda a sentirnos parte del programa, sencillez y elegancia son palabras que bien la definirían.

Con dos que se quieran sin dudas es una propuesta que bien pudiera formar parte de la programación televisiva habitual por mucho tiempo, y aunque en esta ocasión no bastan dos para amar (somos muchos), Con dos…si es suficiente para soñar.

 

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