Curiosidad

El reto de pintar como ven los demás

LOURDES PÉREZ NAVARRO

La Suerte estaba frente a mí. Resaltaba el bello azul del duendecillo a horcajadas sobre un barbo de Sumatra, tan intensamente rojo, con cuadros negros y amarillos. Decididamente fueron los colores lo que más llamó mi atención; pero no la mayor sorpresa. Las tonalidades, tan contrastantes y llamativas, no las ve el pintor como el resto de los mortales.

Foto: Raúl LópezLas pinturas de Omar, llenas de colorido e imaginación, serían magníficas para ilustrar cuentos infantiles.

Y es que Omar Gómez Ramos es daltónico. Padece un defecto genético que le provoca incapacidad para ver ciertos colores en la forma usual.

¿Cuándo empezaste a pintar?

"A los cuatro años, como era muy travieso, mi abuelo y mi mamá me ponían en la mesa una caja de crayolas y un papel de cartucho y hasta que no veía la hoja llena no paraba.

"Cuando estaba en sexto grado me presenté solo en la Casa de la Cultura de Calzada y 8, y le dije a la maestra de Pintura que quería recibir clases. Me dio una cartulina y dibujé una calzada europea con un puente que había visto en una revista y me dijo: ven mañana con tu mamá a matricularte. Estuve un curso allí."

¿Ya entonces conocías tu padecimiento?

"Eso fue cuando empecé en la escuela. La maestra de preescolar nos enseñaba unas tarjetas en colores y nos hacía repetir los nombres. Decía lo mismo que todos, pero al hacer los dibujos coloreaba el cielo violeta y los árboles ocre, entonces se dio cuenta de que los confundía. En mi familia hay antecedentes, mis tíos y primos maternos son daltónicos.

"Hay varios colores que no reconozco: rojo, verde, naranja, carmelita; confundo mucho el azul, el morado y el violeta, para mí todos esos son azules."

¿Cómo haces para imponerte a ese padecimiento y pintar los colores como los ve el resto de los humanos?

"Me ayuda mucho Nely, mi esposa; ella me pone los pomos de pinturas por orden para que los reconozca, me auxilia con las mezclas, le digo lo que quiero y me va diciendo cómo van quedando. Antes tocaba las puertas de mis vecinos y les preguntaba qué color iba logrando. Cuando termino les muestro el cuadro, y si lo ven bonito, quedo satisfecho.

"Me han aconsejado que pinte en blanco y negro, pero no concibo hacerlo así. Un cuadro en blanco y negro es lindo, pero lo veo triste, a mí me gusta cargado de colores. He hablado con otros pintores y me han dicho que quizás sea un don que me dio la naturaleza para pintar con más fantasía."

¿Has pintado utilizando los colores tal y como los ves?

"Lo he hecho. El negro sí lo reconozco; pero en una ocasión quise darle una tonalidad más clara y confundí el carmelita con el verde y me dijeron que eran ranas. Pinté un San Lázaro que también salió verde. Las pinturas abstractas las hago sin llamar a nadie y han gustado."

¿Por qué en tus cuadros predominan los colores fuertes?

"Me gustan los colores vivos, brillosos. Doy rienda suelta a la imaginación, pinto duendes con zunzunes, tocororos, guacamayos, peces, flores, frutas; personas muy chiquiticas cargando un botón, en grúas¼ Hago caretas con mucho colorido, con temáticas aborígenes de diferentes países, y para eso estudio sus culturas.

"La mejor escuela que he tenido ha sido la práctica diaria y la constante observación. A menudo visito los museos, el Zoológico, me gustan los animales, la vegetación, los paisajes tropicales, la naturaleza en su conjunto. Admiro las pinturas de Leonardo Da Vinci y de todos los pintores del Renacimiento, las de Fabelo, Zaida del Río, García Peña, Sosabravo. Todos los días pinto, me siento raro cuando no lo hago."

 

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