Durante años, sin embargo, esa alternativa no se ha empleado
suficientemente, sobre todo por las limitaciones derivadas del
difícil periodo que enfrenta el país desde hace dos décadas, sin
excluir razones de índole subjetiva.
sin la actividad cañera el ferrocarril asume hoy alrededor del
25% de las cargas que tienen lugar dentro del territorio nacional.
De acuerdo con valoraciones del Ministerio de Transporte, la
proporción sube al 36% con el tiro de la gramínea.
Pero la práctica demuestra cada vez más las ventajas de utilizar
los rieles, por ser la opción más económica y aconsejable cuando de
trasladar mercancías se trata... , si se opera con eficiencia.
A su paso por Las Tunas, César Arocha Masid, titular cubano de
Transporte, reiteró el empeño que pone la nación para reparar tramos
de vía afectados, rehabilitar ramales de notable interés económico y
social, e incrementar la seguridad sobre rieles y puentes (algunos
de ellos muy dañados).
Esas acciones son decisivas para seguir aumentando en el año 2011
el uso del ferrocarril, no solo por la vía central, sino también por
otras rutas o ramales secundarios, hacia puertos y redes donde se
hallan los puntos de carga, descarga, embarque o importación.
Más allá de la caña, el azúcar y otros derivados de esa
industria, sobre rieles gravita en gran medida el peso de la
transportación del cemento, buena parte del combustible, alimentos,
fertilizantes, insumos, equipos, chatarra...
Con un enfoque integral del asunto, Cuba dispuso la adquisición
de 550 vagones, planchas y cisternas o tanques rodantes, mientras
materializa también la inversión para comprar 112 locomotoras de
factura china, las primeras de ellas ya en el país.
Entre las aspiraciones está desplazar hacia la senda de hierro
más del 50% de las cargas.
Para los directivos de la Unión de Ferrocarriles de Cuba y del
ministerio correspondiente, en cambio, hay una realidad bien clara:
ese empeño sería insuficiente sin una "inversión", vital hoy para
todas las ramas de la vida nacional: el recurso humano.
Dicho en otros términos: a la par de todo lo que material y
tecnológicamente pueda adquirirse, urge asegurar también un vuelco
en la disciplina laboral y en el modo de usar, aprovechar, explotar
y proteger los medios y propiedades del Estado, para que, como
afirma César Arocha, no se sigan repitiendo los problemas que la
nación ha arrastrado durante años en este y en otros sectores.