LA PAZ, 19 agosto.— El presidente boliviano, Evo Morales, acusó
hoy a la oposición de estimular más de dos semanas de protestas en
la región de Potosí (suroeste) con demandas limítrofes con la vecina
Oruro.
En diálogo con la prensa, el mandatario señaló que la huelga fue
utilizada para debilitar la imagen del jefe de Estado y
desestabilizar al Gobierno, dijo PL.
"No responsabilizo a la población de Potosí. Lo que pasó allá es
que una supuesta reivindicación se convirtió en una conspiración",
remarcó.
Morales señalo además que el pueblo de esa región minera evaluará
realmente quienes fueron los responsables de la violencia por
supuestas reivindicaciones y sobre las acciones que despliega el
Ejecutivo para atender el desarrollo del territorio.
También precisó que los acuerdos a los que arribaron los
dirigentes del Comité Cívico Potosinista y que propiciaron el fin
del paro y los bloqueos de camino, ya habían sido ofertados a los
líderes de las protestas antes de que éstas se iniciaran, por lo que
podrían haberse evitado, pero ocultaron la información, agregó.
Morales explicó que su administración no caerá en provocaciones
de la derecha ni dará la otra mejilla, sino que continuará con el
proceso de cambio iniciado en 2006 que pretende convertir a Bolivia
en un Estado Plurinacional.
Acerca de varios militantes del gubernamental Movimiento Al
Socialismo (MAS), que decidieron apoyar las manifestaciones de
Potosí declarándose en huelga de hambre, Morales expresó su
decepción por el comportamiento de los legisladores, entre ellos
Eduardo Maldonado y Juan Carlos Cejas.
También afirmó que en las luchas por la nueva Bolivia siempre ha
habido traidores, cuando sienten impotencia o no presentan una
alternativa o programa.