GUANTÁNAMO.— Pedro Emilio Gaínza Aldana tuvo suficientes
motivaciones para acoger con júbilo a los Comités de Defensa de la
Revolución desde el nacimiento de la organización, en septiembre de
1960. En la pseudorrepública, siendo prácticamente un niño, tuvo que
dejar de estudiar para picar caña, recoger café y vender paletas y
pasteles. Así pudo subsistir y ayudar a su familia, integrada por
nueve hermanos.
Había
colaborado con el Ejército Rebelde y entonces los CDR le daban la
oportunidad de defender, desde su cuadra y su barrio, la promisoria
obra de la Revolución.
Por eso no titubeó cuando le plantearon trabajar en la
constitución de las organizaciones de base cederistas y ser
coordinador de una seccional ubicada en el noroeste de la ciudad de
Guantánamo.
Su desempeño destacado en esas tareas motivó su promoción para
ocupar ese mismo cargo en el poblado de Jamaica y una década
después, en 1976, desarrolló igual función en el recién constituido
municipio de Manuel Tames, responsabilidad que ejerció hasta 1983.
Luego comenzó a laborar ininterrumpidamente como coordinador de
Zona hasta el 2004, cuando los años aconsejaron dar paso al relevo.
Próximo a cumplir 84 años este hombre aún se mantiene dentro de
los cederistas más diligentes de Guantánamo, en especial de su CDR
número 5, Zona 27, en el Reparto Pastorita, donde es activista de
vigilancia y responsable de un grupo encargado de la protección de
los objetivos económico-sociales del barrio.
"Tuve grandes momentos siendo dirigente de los CDR, pero ninguno
como el vivido el 28 de septiembre de 1970, cuando el Comandante en
Jefe Fidel Castro me abrazó en el acto nacional por el décimo
aniversario de la organización, por haber quedado el coordinador más
destacado del país.
"Recuerdo con emoción, además, cuando recibí la condición de
Vanguardia Nacional de los CDR y el reconocimiento por el aporte de
más de 100 donaciones de sangre".
Pedro Emilio mereció también la Distinción 28 de Septiembre, los
sellos por 20 y 30 años de Vigilancia, y la medalla de Producción y
Defensa.
Los últimos años de su vida laboral los dedicó a trabajar en el
sector de Comercio y Gastronomía donde, antes de su jubilación, fue
Vanguardia Nacional de ese sindicato durante cinco años.
La obra de este humilde guantanamero, estaría incompleta de
omitirse su protagonismo por años en apoyo al delegado y como
presidente en siete ocasiones de un Colegio Electoral en la
Circunscripción 139.
Bertha Mejías Martínez, su esposa, asegura que son muchas las
razones que posee para continuar profesando amor por Gainza.