Gaínza, el eterno cederista

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

GUANTÁNAMO.— Pedro Emilio Gaínza Aldana tuvo suficientes motivaciones para acoger con júbilo a los Comités de Defensa de la Revolución desde el nacimiento de la organización, en septiembre de 1960. En la pseudorrepública, siendo prácticamente un niño, tuvo que dejar de estudiar para picar caña, recoger café y vender paletas y pasteles. Así pudo subsistir y ayudar a su familia, integrada por nueve hermanos.

  Foto del autorHabía colaborado con el Ejército Rebelde y entonces los CDR le daban la oportunidad de defender, desde su cuadra y su barrio, la promisoria obra de la Revolución.

Por eso no titubeó cuando le plantearon trabajar en la constitución de las organizaciones de base cederistas y ser coordinador de una seccional ubicada en el noroeste de la ciudad de Guantánamo.

Su desempeño destacado en esas tareas motivó su promoción para ocupar ese mismo cargo en el poblado de Jamaica y una década después, en 1976, desarrolló igual función en el recién constituido municipio de Manuel Tames, responsabilidad que ejerció hasta 1983.

Luego comenzó a laborar ininterrumpidamente como coordinador de Zona hasta el 2004, cuando los años aconsejaron dar paso al relevo.

Próximo a cumplir 84 años este hombre aún se mantiene dentro de los cederistas más diligentes de Guantánamo, en especial de su CDR número 5, Zona 27, en el Reparto Pastorita, donde es activista de vigilancia y responsable de un grupo encargado de la protección de los objetivos económico-sociales del barrio.

"Tuve grandes momentos siendo dirigente de los CDR, pero ninguno como el vivido el 28 de septiembre de 1970, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro me abrazó en el acto nacional por el décimo aniversario de la organización, por haber quedado el coordinador más destacado del país.

"Recuerdo con emoción, además, cuando recibí la condición de Vanguardia Nacional de los CDR y el reconocimiento por el aporte de más de 100 donaciones de sangre".

Pedro Emilio mereció también la Distinción 28 de Septiembre, los sellos por 20 y 30 años de Vigilancia, y la medalla de Producción y Defensa.

Los últimos años de su vida laboral los dedicó a trabajar en el sector de Comercio y Gastronomía donde, antes de su jubilación, fue Vanguardia Nacional de ese sindicato durante cinco años.

La obra de este humilde guantanamero, estaría incompleta de omitirse su protagonismo por años en apoyo al delegado y como presidente en siete ocasiones de un Colegio Electoral en la Circunscripción 139.

Bertha Mejías Martínez, su esposa, asegura que son muchas las razones que posee para continuar profesando amor por Gainza.

 

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