Nacer en la Ciénaga

Ventura de Jesús

El halago está justificado. Aunque no es la primera vez que se habla del tema, parece justo que se sepa, más a menudo, cuánto hacen los cenagueros por conseguir excelentes índices de salud.

Desde abril del 2009, el municipio de Ciénaga de Zapata no reporta fallecidos menores de un año y durante la última década se garantizó la vida de unos 1 000 niños que vinieron al mundo en el territorio más apartado de la provincia.

Las gestantes son atendidas con esmero en los dos hogares maternos del territorio

Antes de 1959 los partos se realizaban en La Habana o en Cienfuegos, y era necesario salir por mar. Nadie sabe a ciencia cierta a cuánto ascendía la mortalidad en aquella época, recuerda la doctora Dayamí Gómez La Rosa.

"Más que enorgullecernos lo importante es saber que todavía podemos mejorar los distintos indicadores del programa materno infantil, lo cual se gana básicamente en la atención primaria de salud", afirma.

EN BUSCA DE MÉDICOS ORIUNDOS DE LA CIÉNAGA

En el sureño territorio prestan asistencia 13 consultorios médicos. Las dos áreas de salud, Playa Larga y Playa Girón, cuentan con su policlínico, uno de los cuales es de nuevo tipo y brinda un total de 23 servicios. Estas unidades poseen a su vez un hogar materno. En la comunidad de Playa Girón se localiza, además, una casa de abuelos.

Explica Dayamí que en la región existe una Dirección de Higiene y Epidemiología, con un departamento de lucha antivectorial; un Sistema Integral de Urgencia Médica y una red asistencial de farmacias, que incluye tres principales y cinco farmacéuticas de la comunidad.

Fotos: Julio Haedo Mas que enorgullecernos lo importante es saber que podemos mejorar distintos indicadores, admite la doctora Dayamí Gómez La Rosa

Cuentan asimismo con un servicio de prótesis en el policlínico de Playa Larga y atención de estomatología en cada uno de los consejos populares. Comenta que en los directivos y trabajadores de la salud del territorio prevalece, en estos momentos, la necesidad de aprovechar con eficiencia los recursos destinados al sector y de poner fin a malas y viejas costumbres.

— ¿Cómo pueden mantener a flote cifras de mortalidad infantil casi excepcionales?

"Nuestra primera fortaleza es que en cada poblado hay un consultorio del médico de la familia. Eso se traduce en que la red asistencial de atención primaria beneficia a la totalidad de los pobladores de la Ciénaga. De igual modo facilita un buen control del riesgo preconcepcional, a fin de conseguir que la mujer se embarace en el momento más oportuno de su vida fértil y de esa forma garantizar una gestación feliz.

"Después que nosotros captamos un embarazo juega un papel fundamental el grupo básico de trabajo. Hoy cuenta el municipio con dos pediatras, dos gineco obstetras, dos especialistas en medicina interna y dos másteres en genética comunitaria. Algunas mujeres se ponen en manos, además, de los dos hogares maternos con capacidad para 14 camas.

"Atendemos integralmente a las gestantes hasta la semana 37. A partir de entonces se trasladan al municipio de Jagüey Grande, donde son atendidas por personal especializado de ese territorio. No obstante, nosotros mantenemos una permanente retroalimentación que nos permite saber los detalles en cada uno de los casos".

— De la plantilla de 61 médicos únicamente diez residen en el municipio. ¿No es acaso un inconveniente que supone constantes desajustes?

"La mayoría de los consultorios del territorio aparecen ubicados en zonas de difícil acceso. No en balde la región está comprendida en el Plan Turquino–Manatí. Los graduados de la carrera de Medicina vienen aquí a hacer su servicio social durante un año, en lugares tan apartados como Santo Tomás, La Ceiba, Cocodrilo o Guasasa.

"El resto de los consultorios se cubre también con recién graduados, quienes por lo general permanecen entre uno y dos años y, una vez que concluyen su residencia como especialistas de Medicina Interna, se marchan. Esa realidad hace aún más complicado el trabajo y supone mayor esfuerzo por parte de todos.

"Afortunadamente, en estos momentos el municipio cuenta con 16 estudiantes en los distintos años de la carrera de Medicina, así como cinco en Estomatología. De cualquier manera pensamos que esa cifra es insuficiente".

Los más viejos, nacidos y criados aquí, no olvidan los tiempos de infortunio, de cómo era la vida antes del Primero de Enero de 1959 en este paraje sureño, donde hoy se muestra una tasa de mortalidad infantil de lujo.

Aunque se alegran de todo corazón, los trabajadores del sector siguen ocupados en ver cómo pueden continuar mejorando la calidad en el servicio que prestan a la gestante y al niño. "Es una meta alcanzable –dice Yanelis– y tenemos el desafío de no adormecernos con lo logrado".

 

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