El
volcán guatemalteco Pacaya entró hoy en una nueva fase eruptiva
similar a la del jueves que dio inicio a la emergencia en zonas
aledañas, reportó Prensa Latina
El coloso presenta desde la tarde de este viernes explosiones y
columnas de ceniza hasta los mil 500 metros de altura que se
desplazan de sur a norte, informó el Instituto Nacional de
Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
La actividad del Pacaya, de dos mil 552 metros sobre el nivel del
mar, reactivó la caída intensa de ceniza sobre varias poblaciones
del departamento de Guatemala, incluida esta capital a solo 30
kilómetros de distancia.
Hasta varios centímetros llega el espesor de la capa de ese
material acumulado en zonas urbanas, que en el aeropuerto
internacional capitalino La Aurora es de 2,5 como promedio, de
acuerdo con reportes.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED)
y el INSIVUMEH mantienen el monitoreo de la evolución eruptiva del
volcán e instan a continuar las labores de limpieza de la arena,
ahora de manera periódica.
Sobre todo llaman a despejar de ceniza los techos de
edificaciones, sobre todo los más frágiles que pueden derrumbarse
con el excesivo peso.
Hasta el momento solo se registra la muerte de una persona, el
reportero televisivo de Notisiete Aníbal Archila, alcanzado por gran
cantidad de piedras incandescentes arrojadas por el violento
estallido cuando se encontraba a unos 20 metros del cráter.
Sin embargo, ocurrió otro fallecimiento relacionado
indirectamente con el desastre, el de un joven caído al vacío
mientras despejaba de ceniza la cubierta de un edificio.
Además, siguen desaparecidos tres niños en edades de siete a 10
años desde anoche, cuando ocurrió el más fuerte estallido, y 67
personas son atendidas al haber sufrido golpes y fracturas, todos de
lugares cercanos a la montaña.
El más reciente parte de la CONRED menciona también daños
sufridos por más de 800 casas, 100 de ellas destruidas totalmente,
en nueve comunidades asentadas en las faldas del volcán.
Las autoridades continúan las evaluaciones para conocer datos
precisos, igualmente la cantidad de damnificados, pero la nueva fase
eruptiva presagia un aumento.