Como
una magnífica oportunidad para que los poetas del mundo se conozcan
y debatan lo que están haciendo, concibe el destacado intelectual
español Luis García Montero el XV Festival Internacional de Poesía,
que hasta el 30 de mayo estará celebrándose en La Habana.
Justamente a esta fiesta debemos la presencia de este poeta,
crítico y periodista granadino, uno de los más significativos de la
literatura española actual, Premio Nacional de Poesía, nominado en
1999 al Premio Cervantes, y miembro del Partido Comunista Español y
de la Plataforma contra la Impunidad del Franquismo, que tuvo a bien
conversar con Granma después de impartir, en el Centro
cultural Dulce María Loynaz, como una de las acciones del festival,
una magistral conferencia en la que reseñó el poemario Sobre los
ángeles, de Rafael Alberti —con quien lo uniera una gran amistad
y del que preparó la edición de su poesía completa.
Activo participante en las actividades por el centenario del
poeta Miguel Hernández, militante antifascista de las trincheras
republicanas, cree en la necesidad de frecuentarlo. ¿En su
opinión, se trata de homenajearlo o revitalizarlo?
"Creo que se trata de las dos cosas, porque es un gran poeta, se
lo merece, es uno de los más populares de España, representa los
años difíciles de la guerra civil española y de las cárceles del
franquismo. El homenaje de la sociedad es justo y merecido, pero
todo homenaje es una revitalización, porque hay gente joven entre
las que conviene divulgar su obra.
Para el poeta, su entrañable vínculo con Alberti, en cuya poesía
halla "un diálogo que va desde la realidad a la conciencia
individual y de esta a la realidad" lo proveyó de notorias
enseñanzas. "Una de las lecciones de Rafael fue que un poeta tiene
siempre que hacer buena poesía y no puede justificarse con los
contenidos. Si el contenido más hermoso y más justo y más solidario
está hecho en malos versos, el poema fracasa. Y Rafael investigó
para hacer buena poesía política, nunca se quedó en la comodidad. El
poeta no puede cerrar los ojos a la realidad, no puede mentir ni
mentirse a sí mismo. La lección vigente de Rafael es la poesía de
conciencia."
Su devoción por Lorca es obvia: "Crecer, para mi generación, fue
buscar la ciudad que había sido borrada por la guerra civil, y ha
tenido que aprender a vivir contra el franquismo y recuperar todos
los nombres que quedaron silenciados por el exilio, la muerte y la
manipulación, y Lorca fue una tarea de crecimiento personal".
Montero cree en los poderes de la poesía: "Ella es inseparable de
la conciencia crítica porque un poeta es un ciudadano, y en ese
sentido toda poesía tiene una dimensión ética, y el poeta es un
espacio de resistencia, un espacio de rebeldía ante un mundo lleno
de precariedades".
Refiriéndose al método de lucha que ella puede asumir, considera
su acción a largo plazo, "su apuesta es la del diálogo de conciencia
a conciencia; no sé si mis poemas son útiles, pero me doy cuenta
como lector que yo soy como soy por los poemas que he leído: porque
he leído a Antonio Machado, Federico García Lorca, Rafael Alberti,
Eliseo Diego, José Martí¼ . Por eso sigo
defendiendo la poesía como un ámbito de resistencia. Porque defiende
la conciencia individual en épocas duras, merece la pena tomarse en
serio la poesía".