La joven Litzandra Montero Vera aún no se repone de la sorpresa
recibida el domingo 25 de abril. Ese día y por mayoría de votos, sus
vecinos la eligieron delegada de la circunscripción número 2 del
capitalino municipio de Playa, donde reside hace más de tres años.
"Todavía
estoy asustada, pues la gente del barrio confió en mí y no puedo
defraudarlos. Eso implica un compromiso muy grande con la comunidad
y trataré de hacer las cosas lo mejor posible. Cuando me nominaron y
acepté pensé enseguida en mi abuela, en mi mamá y en mi tía, tres
mujeres que nunca eludieron responsabilidades de dirección. A ellas
les debo mi formación revolucionaria."
Nacida en la ciudad de Santiago de Cuba hace 27 años, desde
pequeña dio clases de ballet y le gustaba el teatro. Todo parecía
indicar que su destino estaba sellado con el mundo artístico, e
incluso, pensaba hacer las pruebas de ingreso al Instituto Superior
de Arte (ISA) cuando terminara el doce grado.
Pero paralela a su vida estudiantil, siendo niña ocupó cargos
dentro del movimiento pioneril, y luego en la FEEM, donde llegó a
ser vicepresidenta provincial, hasta que pasó a integrar el
Secretariado Nacional de esa organización. Debido a ello vino a la
capital y concluyó el preuniversitario en la Lenin.
Litzandra cuenta que meses antes de finalizar la enseñanza media
superior, comenzó un proceso de captación para formar maestros.
"Si yo era dirigente estudiantil tenía que ser consecuente con el
llamado de la máxima dirección del país y opté por el Pedagógico.
Aquel fue un momento difícil porque mi familia no estaba de acuerdo.
Conocían que mi mundo giraba en torno al arte y tenía la puntuación
requerida para estudiar cualquier carrera dentro de ese sector. Pero
no hubo marcha atrás en mi decisión y pedí Marxismo Leninismo e
Historia, en la hoy Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José
Varona, donde me gradué y ahora soy profesora de esa materia."
Como otras muchachas de su tiempo, Litzandra gusta de ir al
teatro y al ballet, pasar buenos ratos con sus amistades, y escuchar
a Silvio, Pablo, Santiago Feliú, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat,
Habana Abierta, Interactivo, y otros grupos y cantores de su
preferencia.
Dice que no tiene mucho tiempo para el cine, pero hace verdaderos
malabares con el horario cuando se trata de ver algunas de las
películas del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, o el de Cine
Francés.
Delegada directa al recién celebrado XI Congreso de la UJC, al
Foro Social Mundial efectuado en Porto Alegre, Brasil en el 2003, y
al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Argelia,
Litzandra es militante del Partido y fue jefa del departamento de
Universalización en la Facultad de Profesores Generales Integrales.
Habla con especial cariño de su paso por el movimiento de
pioneros exploradores en su natal Santiago, pues allí perteneció al
grupo de caminantes Seguidores del Che. Pudo escalar las montañas de
la Sierra Maestra donde estuvo el Guerrillero Heroico, y conocer a
las personas que apoyaron a Fidel y a sus hombres. "Tan inolvidables
jornadas marcaron mi interés por la historia de Cuba", sentenció.
Reconoce que representar a sus electores es el mayor desafío de
su vida, y eso no deja de asustarla. "Son muchos los problemas
acumulados y la actual coyuntura económica limita de manera objetiva
las variantes de soluciones", asevera.
"Pero el país está inmerso en un proceso de fortalecimiento del
papel del delegado y de los mecanismos institucionales del Estado.
Ahora nos toca a los jóvenes demostrar que si se nos tiene en
cuenta, pueden contar con nosotros en la puesta en marcha de los
necesarios cambios para fortalecer el Socialismo y garantizar la
continuidad de la obra de la Revolución".