Los sustos de Litzandra

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

La joven Litzandra Montero Vera aún no se repone de la sorpresa recibida el domingo 25 de abril. Ese día y por mayoría de votos, sus vecinos la eligieron delegada de la circunscripción número 2 del capitalino municipio de Playa, donde reside hace más de tres años.

Foto: Ricardo López Hevia"Todavía estoy asustada, pues la gente del barrio confió en mí y no puedo defraudarlos. Eso implica un compromiso muy grande con la comunidad y trataré de hacer las cosas lo mejor posible. Cuando me nominaron y acepté pensé enseguida en mi abuela, en mi mamá y en mi tía, tres mujeres que nunca eludieron responsabilidades de dirección. A ellas les debo mi formación revolucionaria."

Nacida en la ciudad de Santiago de Cuba hace 27 años, desde pequeña dio clases de ballet y le gustaba el teatro. Todo parecía indicar que su destino estaba sellado con el mundo artístico, e incluso, pensaba hacer las pruebas de ingreso al Instituto Superior de Arte (ISA) cuando terminara el doce grado.

Pero paralela a su vida estudiantil, siendo niña ocupó cargos dentro del movimiento pioneril, y luego en la FEEM, donde llegó a ser vicepresidenta provincial, hasta que pasó a integrar el Secretariado Nacional de esa organización. Debido a ello vino a la capital y concluyó el preuniversitario en la Lenin.

Litzandra cuenta que meses antes de finalizar la enseñanza media superior, comenzó un proceso de captación para formar maestros.

"Si yo era dirigente estudiantil tenía que ser consecuente con el llamado de la máxima dirección del país y opté por el Pedagógico. Aquel fue un momento difícil porque mi familia no estaba de acuerdo. Conocían que mi mundo giraba en torno al arte y tenía la puntuación requerida para estudiar cualquier carrera dentro de ese sector. Pero no hubo marcha atrás en mi decisión y pedí Marxismo Leninismo e Historia, en la hoy Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, donde me gradué y ahora soy profesora de esa materia."

Como otras muchachas de su tiempo, Litzandra gusta de ir al teatro y al ballet, pasar buenos ratos con sus amistades, y escuchar a Silvio, Pablo, Santiago Feliú, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Habana Abierta, Interactivo, y otros grupos y cantores de su preferencia.

Dice que no tiene mucho tiempo para el cine, pero hace verdaderos malabares con el horario cuando se trata de ver algunas de las películas del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, o el de Cine Francés.

Delegada directa al recién celebrado XI Congreso de la UJC, al Foro Social Mundial efectuado en Porto Alegre, Brasil en el 2003, y al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Argelia, Litzandra es militante del Partido y fue jefa del departamento de Universalización en la Facultad de Profesores Generales Integrales.

Habla con especial cariño de su paso por el movimiento de pioneros exploradores en su natal Santiago, pues allí perteneció al grupo de caminantes Seguidores del Che. Pudo escalar las montañas de la Sierra Maestra donde estuvo el Guerrillero Heroico, y conocer a las personas que apoyaron a Fidel y a sus hombres. "Tan inolvidables jornadas marcaron mi interés por la historia de Cuba", sentenció.

Reconoce que representar a sus electores es el mayor desafío de su vida, y eso no deja de asustarla. "Son muchos los problemas acumulados y la actual coyuntura económica limita de manera objetiva las variantes de soluciones", asevera.

"Pero el país está inmerso en un proceso de fortalecimiento del papel del delegado y de los mecanismos institucionales del Estado. Ahora nos toca a los jóvenes demostrar que si se nos tiene en cuenta, pueden contar con nosotros en la puesta en marcha de los necesarios cambios para fortalecer el Socialismo y garantizar la continuidad de la obra de la Revolución".

 

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