Somos lo que quería Guiteras

Ventura de Jesús

El 9 de mayo de 1935 apareció en las páginas del diario de la Marina un fotorreportaje sobre los sucesos de El Morrillo, una abandonada batería de costa ubicada en el litoral norte de la bahía de Matanzas, a escasa distancia del río Canímar y a unos diez kilómetros del centro de la ciudad.

Entre otras imágenes, como un espectáculo de horror, el obcecado rotativo muestra los cuerpos sin vida de Antonio Guiteras y Carlos Aponte, con fogonazos y otros vestigios en el rostro. Yacen en la mesa de mármol del depósito de cadáveres del cementerio local.

Foto del autorLa investigadora Dianerys Ramos Pérez; al fondo, el Museo Memorial El Morrillo.

Un desvencijado periódico de aquella edición es custodiado con diligencia por la joven Dianerys Ramos Pérez, investigadora principal del Museo Memorial El Morrillo y que escudriña desde hace varios años en la vida de Antonio Guiteras y la organización Joven Cuba.

"Desfigurados trágicamente por la muerte y la lucha sostenida", expone la manipulada reseña que, ¿sin proponérselo?, acaso olvidó advertir que los cuerpos habían sido saqueados y pretendido vejarlos sin compasión.

El trabajo celebra a todo tambor el éxito de los esbirros. Por razones obvias se circunscribe exclusivamente al hecho. No describe en honor a la verdad quiénes son y qué pretendían Guiteras y Aponte. Cuenta apenas parte de la historia.

crimen que hizo temblar al tirano

A pesar de haber transcurrido 75 años, la geografía del lugar no ha sufrido muchos cambios. Continúa siendo una zona donde predomina la vegetación costera. Un sitio donde por su cercanía al mar corre una brisa fresca especialmente en los días de calor.

Con la intención de trasladarse hacia México y organizar allí una expedición para desembarcar y comenzar la lucha armada en la región oriental de la Isla, Guiteras y otros seguidores escogieron el fortín de El Morrillo para levantar velas a bordo del yate Amalia.

Precisamente el día 8 de mayo de 1935, fecha señalada para la salida y como consecuencia de una delación, fueron cercados por fuerzas del ejército y en desigual combate cayeron él y el ex coronel sandinista Carlos Aponte, militante comunista venezolano. El resto de los integrantes fue apresado en diversos sitios, no muy lejos de aquel paraje.

Señala Dianerys que el entierro se realizó aquel mismo día 8 de mayo en horas de la noche y fueron sepultados en la necrópolis de San Carlos y San Severino, en Matanzas, en el panteón de la familia Guiteras. La tiranía impidió la celebración de la ceremonia fúnebre. "La luz que emanaba, aún, de aquel cuerpo sin vida hacía temblar al tirano", indica.

Rememora que después de dos años de reposo en el cementerio matancero los restos fueron sustraídos por un amigo de Guiteras, José María García, con el afán de evitar una posible profanación por parte de sus asesinos. Guardados en dos cajas de zinc galvanizado estuvieron por más de 30 años en el sótano de una casa situada en el barrio de Pogolotti, en el municipio de Marianao. En 1975 los restos mortales de los dos revolucionaros fueron trasladados a la sala Túmulo del Museo Memorial, su última morada.

Aunque ya no quedan muchas personas que lo hayan conocido bien, que puedan decir a ciencia cierta cómo era Guiteras, están su pensamiento y sus ideas que permiten entender e incluso vislumbrar, dice Dianerys, a un hombre con una gran sensibilidad y que sintió verdadero amor por su Patria.

Comenta que pese a su corta edad, solo 29 años al morir, fue capaz de concebir un programa revolucionario y fundar una organización en la difícil década del 30. Un joven de ideas de avanzada que se rebeló contra el envilecimiento oficial y el drama de su país. Por eso no es extraño que un hombre así haya sacrificado su vida por la misma causa que otros muchos en largos años de lucha.

Según consta en la historia Antonio Guiteras ocupó la Secretaría de Gobernación en el llamado Gobierno de los 100 días, que encabezó Ramón Grau San Martín en calidad de presidente; una pentarquía patrocinada por los intereses yankis para detentar el poder tras la caída del dictador Gerardo Machado el 12 de agosto de 1933.

Gracias a la actitud y acción de Antonio Guiteras, dicho gobierno aprobó importantes medidas entre las cuales aparecía la creación de la Secretaría del Trabajo, el establecimiento de salarios fijos, la aplicación de la jornada de ocho horas y la legalización de los sindicatos.

Precisamente por sus ideas revolucionarias se vio obligado a abandonar el cargo y pasar a la clandestinidad, al frente de la organización que denominó Joven Cuba.

Con la caída de Antonio Guiteras culminó el proceso revolucionario de 1923 a 1935. Con su muerte "fue decapitado el pueblo cubano" y finalizó la Revolución del 30. Veintiocho años y dos meses después, al amanecer del 26 de julio de 1953 la Revolución Cubana reinició su marcha gloriosa, camino de la victoria.

En 1961, en el aniversario 26 de la caída de Guiteras, el Comandante Ernesto Che Guevara exaltó su pensamiento político y la profunda convicción antimperialista. Manifestó que nada mejor que la obra de la Revolución para rendirle tributo. "Porque somos también lo que quería Guiteras, somos el ejemplo que él soñó para la América entera... ".

 

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