El
vicepresidente boliviano, Álvaro García, denunció hoy la presencia
de contrarrevolucionarios tras las medidas de presión anunciadas por
la Central Obrera Boliviana (COB) para la siguiente semana.
Los mismos contrarrevolucionarios, de la misma línea política de
derecha contrarrevolucionaria que el año 1985 abonaron el terreno
para la instauración de un secante modelo de economía liberal (...)
reaparecen, declaró.
El presidente en funciones manifestó que escondidos detrás de la
decisión de convocar a una huelga general por tiempo indeterminado
hay tres o cuatro infiltrados, agentes de la ultraderecha nacional.
Esas mismas personas de hace 20 años son las mismas que hoy han
planteado, con el mismo criterio (del pasado) preparar el terreno
para la derecha, para la derecha fascista y cavernaria boliviana,
expresó.
García alertó que la huelga es una medida política prevista, in
extremis, para derrocar un gobierno, pero advirtió que ese objetivo
no lo conseguirán.
Por mucho que quieran dotar su discurso con un lenguaje radical,
son derechistas, porque esa línea política contrarrevolucionaria
preparó el terreno para que los neoliberales entraran al gobierno
durante 20 años, dijo.
También comentó que detrás de esas acciones pudieran existir
intereses mayores. No dudaría de que detrás de esto también puedan
estar algunos funcionarios de la Embajada norteamericana.
Por último, reiteró el llamado al diálogo con la COB, y pidió a
los proletarios bolivianos reflexionar en torno a sus palabras y
denuncias antes de entregarse a la huelga desde el lunes.
Mi pedido a los hermanos trabajadores, a los valientes
trabajadores, a nuestra gloriosa COB: no caer en el juego de estas
personas que sirvieron, sirven y seguirán sirviendo a la
contrarrevolución, señaló.
Asimismo, exhortó, principalmente a los trabajadores fabriles y
mineros, a reflexionar sobre las supuestas inquinas que promovieron
la declaratoria de tal medida de presión.