Los conservadores británicos obtuvieron 301 escaños en el
parlamento, pero sin mayoría, según el escrutinio de 638 de los 650
distritos electorales, los resultados ofrecidos en línea por el
sitio web de la BBC, reporta Prensa Latina.
En un discurso pronunciado este viernes, el liberal demócrata
Nick Clegg admitió su decepción por la disminución del apoyo a su
partido, que justificó por la incertidumbre económica, e invitó a su
rival conservador a formar un gobierno de coalición.
El partido que obtiene más votos y más escaños, aunque no la
mayoría absoluta, tiene el derecho a gobernar, ya sea por sí mismo o
a través del acercamiento a otras partes, dijo Clegg, que enarboló
el interés nacional por encima de disputas políticas.
Este giro inesperado, después de rumores de acercamiento con el
laborismo, es criticado en páginas digitales de los medios de prensa
británicos por varios seguidores de Clegg, quienes consideran que la
plataforma liberal-demócrata no es compatible con el
conservadurismo.
La asistencia a las urnas se calcula en 65 por ciento, cifra
superior a las elecciones del 2005 y se presentaron quejas de
electores que no pudieron ejercer el sufragio por el cierre de los
colegios a las 22:00 hora local.
No obstante, al analizar el actual mapa político del Reino Unido,
teñido de azul, se desmoronan algunas hipótesis y una de ellas es el
papel catalizador atribuido a Clegg en la eliminación del
bipartidismo, pues los resultados apuntan a que hubo reacomodo entre
las fuerzas tradicionales.
Los escaños perdidos por laboristas y liberales-demócratas casi
proporcionalmente favorecieron a los conservadores, que
incrementaron 94 puestos en la Cámara de los Comunes, cifra casi
igual a la suma de la pérdida de laboristas (88) y
liberales-demócratas (5).
De aplicarse la democratización del sistema electoral nacional,
el apoyo en votos en estas elecciones favoreció a los conservadores
en 10 millones 521 mil 057 boletas, casi 20 por ciento por encima
del laborismo y 40 por ciento sobre el liberalismo democrático.
Esto explicaría la posición actual de Clegg, quien durante su
campaña dejó abierta la posibilidad de una coalición con el partido
más votado, pero mantuvo las banderas de la necesaria revisión del
sistema electoral, que en su discurso de hoy aseguró que está
colapsado.