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          Shanghai: una Exposición Universal para no olvidar 
			Público chino se interesa por pabellón cubano en 
			la Expo 
			
			Juan Diego 
			Nusa Peñalver, enviado especial 
			
			Convertida en una gran fiesta mundial de la cultura, la 
			tecnología y la protección del medioambiente, la Exposición 
			Universal de Shanghai, cuyo nombre significa literalmente Más arriba 
			del mar, ha logrado conquistar en pocos días millones de corazones y 
			transformarse en un encuentro inolvidable, en muchos casos 
			irrepetible, por diversas razones. 
			
			
			 Carlos 
			Miguel Pereira, embajador cubano.  
			
			Cuadragésima primera de su tipo, es la primera en que China es 
			anfitriona, y también es la primera organizada por un país en vías 
			de desarrollo, con lo que quebró así el dominio casi exclusivo de 
			las grandes e industrializadas megalópolis occidentales como sede 
			por excelencia de estos foros. 
			Como no podía ser de otra manera, China sorprendió al mundo con 
			la espectacular inauguración de la Expo, por tener lugar en una urbe 
			de arquitectura futurista ultramoderna, por la proverbial 
			hospitalidad oriental y por el diseño caprichoso y extravagante de 
			muchos de sus pabellones en una especie de Torre de Babel del siglo 
			XXI. 
			
			
			
			 Pabellón 
			de Cuba. 
			
			Desde el mismo lema, Mejor ciudad, mejor vida, la Expo acumula 
			igualmente méritos propios por ser también la primera dedicada a la 
			ciudad en los 159 años de historia de las exposiciones mundiales, 
			desde su versión inaugural en 1851, en el Parque Hyde de Londres, 
			Inglaterra, conocida también como la Gran Exhibición. 
			El empleo masivo de fuentes energéticas renovables, con 
			propuestas de autos y medios de transporte funcionando con ese 
			principio, la utilización de la robótica en la vida moderna hasta 
			nuevos conceptos para entender el espacio de las futuras urbes son 
			algunas de las aristas que muestra este encuentro de civilizaciones. 
			
			
			 La 
			corona oriental: pabellón nacional de China. 
			
			En este contexto son objeto de especial atención el género humano 
			vinculado con el pluralismo de las culturas urbanas, la prosperidad 
			de la economía urbana, la innovación tecnológica de las ciudades, la 
			reforma de las comunidades urbanas y las interacciones entre el 
			campo y la ciudad. 
			
			LA JOYA DEL ORIENTE: RETO DE CARA AL FUTURO 
			
			Casi una cuarta parte de las 1 000 ciudades más grandes del mundo 
			están en China, donde la población urbana está aumentando 
			rápidamente, según un informe estadístico de la ONU, que también 
			indica que más de la mitad de la población mundial, es decir, unos 3 
			500 millones de personas, viven en ciudades, la mayoría en las zonas 
			urbanas más grandes. 
			En 1980 solo había 51 urbes chinas con más de 500 000 habitantes, 
			pero desde entonces esa cifra se ha cuadruplicado, hasta alcanzar 
			las 236, y, según la ONU, en el 2025 China añadirá más de 100 
			ciudades a ese grupo. 
			Precisamente en La corona oriental, el emblemático y mayor 
			pabellón de la Expo, el país anfitrión devela las claves de su 
			impetuoso desarrollo económico y social desde los tiempos 
			inmemoriales en que en esa nación predominaba la rueda de madera y 
			la tracción animal, hasta el contexto actual de la magnificencia de 
			ciudades como Beijing, Suzhou y la propia Shanghai. Tampoco esconde 
			sus problemas y muestra algunos de los caminos para enfrentar 
			desafíos tales como el negativo impacto ambiental resultante de una 
			acelerada industrialización. 
			Sobre el particular, Wang Lina, de 27 años y de la ciudad de 
			Tianjin, expresa: "Los chinos nos sentimos orgullosos de este 
			evento. La Expo es una buena oportunidad para que nuestros 
			ciudadanos puedan conocer más de cerca el mundo y establecer 
			amistad. En particular me interesan las posibilidades de la alta 
			tecnología". 
			
			PABELLONES NACIONALES, AMÉRICA LATINA Y CUBA 
			
			Haibao, la mascota azul de la Expo, saluda con el inconfundible 
			Ni Hao (hola) a cada visitante. Son en total más de 190 países y 
			casi 60 organismos internacionales los presentes aquí, que 
			convierten ya a la Expo de Shanghai en la mayor de su tipo celebrada 
			hasta el momento. 
			Desde su apertura oficial el primer día de mayo hasta las 13 
			horas del pasado día 3, el Parque de la Exposición Universal recibió 
			550 000 visitantes y de seguir ese ritmo llegará a los esperados 70 
			millones de visitantes en los más de 180 días en que estará abierta, 
			otra marca. 
			Algunas de las exposiciones universales pasaron a la historia por 
			haber dejado obras arquitectónicas como la Torre Eiffel en París o 
			la Aguja Espacial en Seattle, o por haber introducido al gran 
			público adelantos como la televisión y la luz eléctrica. 
			Pero en Shanghai todas las miradas estarán puestas sobre el 
			espacio de 5,3 kilómetros cuadrados que alberga el evento. 
			Llama la atención el diseño ultra sofisticado de varios de los 
			pabellones nacionales, algunas con propuestas ecológicas sui 
			generis, como la imponente Catedral de Semillas británica —con 
			unas 60 000 varillas de acrílico que se mueven y capturan la luz—, 
			el cesto gigante de mimbre llevado por España o la pirámide 
			invertida de color rojo de China. 
			Los organizadores de la Expo Universal confirmaron la 
			participación en el evento de los 33 países latinoamericanos y 
			caribeños, que estarán presentes en ocho pabellones nacionales y dos 
			conjuntos en la zona C del recinto de la muestra. 
			El Pabellón cubano, una moderna edificación de cristales, en cuyo 
			exterior predominan los colores rojo y azul, tiene como vecinas 
			inmediatas las propuestas de Venezuela, Chile y México.  
			Su entrada no podía ser otra que un portal, elemento típico de la 
			arquitectura cubana, que da paso a una tradicional plaza, dominada 
			por una foto mural gigante de nuestra querida Habana. 
			Carlos Miguel Pereira, embajador cubano en China y comisario 
			general de la Isla ante la feria, dijo a Granma que la 
			muestra ha tenido una gran aceptación.  
			"Nuestro lema principal, Una ciudad para todos, se basa en las 
			oportunidades que se brindan con equidad a cada uno de sus 
			habitantes, a quienes se les propicia una participación activa en la 
			edificación y transformación de la ciudad, independientemente de su 
			status social, raza, género, cultura, religión, etnia y nivel 
			intelectual." 
			"También presentamos las experiencias que hemos ido acumulando en 
			Cuba en los programas de rehabilitación del Centro Histórico de La 
			Habana y la manera en que se trabaja desde el punto de vista 
			comunitario la vida en la ciudad. Además, ofrecemos una visión de 
			nuestra realidad económica, política y social", afirmó. 
			Allí el visitante podrá tomarse un demandado mojito, degustar un 
			buen Habano y entrar en contacto con los más recientes logros 
			científicos, sociales y culturales de nuestro verde y alargado 
			Caimán.  |