BUDAPEST, 26 de
abril.— El apoyo popular al sector conservador húngaro para gobernar
en solitario y el avance de la ultraderecha, dispararon hoy las
alarmas en una Europa que teme el retorno del fascismo al estilo del
Tercer Reich alemán.
Según PL, la escalada derechista en ese continente se asocia al
populismo de quienes propugnan el nacionalismo, la xenofobia y
culpan a los inmigrantes de las consecuencias de la actual crisis
económica mundial y su manejo por los gobiernos, como reflejaron
medios periodísticos locales.
El reciente voto de castigo contra los socialdemócratas en
Hungría, por su aplicación de medidas de choque frente a un
desempleo del 11%, sentó las bases para que dos tercios del
Parlamento pasen a manos del futuro Gobierno conservador.
Mientras, Hungría continúa "sumergida en deudas", admitió Viktor
Orban, el futuro primer ministro, quien dijo que está dispuesto a
renegociar las condiciones sobre el pago del elevado endeudamiento
del país con la Unión Europea y el FMI. Esto, necesariamente,
enfrentará imposiciones externas, las cuales pudieran entrar en
contradicción con las promesas a sus seguidores de reducir impuestos
y crear empleos.