El acto de recibimiento, que contó con la presencia del
presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada,
Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad, y diplomáticos de
países de África Subsahariana y el Caribe, puso de relieve la
esencia humanista que anima a los promotores del proyecto, tal como
explicó William Pinkney, capitán emérito de la goleta.
Miguel Barnet, presidente del Comité Científico del programa de
la Ruta del Esclavo en Cuba, refirió que la emblemática embarcación
goleta, ámbito de ese acto de dignidad humana ocurrido hace 170
años, al tocar los puertos de Matanzas y La Habana, une, en un
abrazo de hermandad, a dos pueblos cuyas historias son indisolubles
y cuyo destino debía estar marcado siempre por la más alta
aspiración de entendimiento y solidaridad.
"Estamos convencidos —dijo— de que con la buena voluntad y el
diálogo en términos de igualdad los nudos de estos lazos, como los
de las sogas de la Amistad, se irán rompiendo en la medida en que
gestos como estos sucedan entre nosotros."
Como colofón del cordial encuentro se presentó la agrupación
rumbera Yoruba Andabo.