Cuba comenzó el procesamiento industrial del tomate, de manera
oficial, en la fábrica de conservas Majagua, la de mejor eficiencia
en la anterior molida.
Osmar Méndez de la Fe, director nacional del Cultivo de
Hortalizas del Ministerio de la Agricultura, informó en el acto de
inicio de la campaña 2009-2010 que se molerán 104 mil toneladas del
vegetal, y para ello participarán todas las provincias, incluido el
Municipio Especial Isla de la Juventud.
Entre los territorios que asumirán los mayores volúmenes se
encuentran Ciego de Ávila -con más de 20 mil toneladas-, Pinar del
Río, La Habana, Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey, Holguín y
Granma, las que elaborarán el 90 por ciento del producto total,
precisó la fuente.
Para garantizar las producciones contratadas, fueron sembradas
siete mil hectáreas, nivel inferior al de la etapa precedente, pero
que permitirá alcanzar un mejor aprovechamiento industrial y evitará
pérdidas de cosecha, destacó Méndez de la Fe.
Durante este mes, dijo, está previsto plantar otras mil 800
hectáreas, las cuales recibirán los beneficios de los fertilizantes
químicos que actualmente se distribuyen.
Juan Pérez Lamas, viceministro de la Agricultura, puntualizó que,
previo a esta etapa, se realizarán acciones organizativas
contratadas entre productores y la industria, para contribuir, al
igual que en la molida anterior, a sustituir importaciones de la
demandada pasta de tomate.
Oscar Fragoso, director de la Unión Nacional de Conservas,
explicó que los trabajadores del sector acometerán el mantenimiento
y reparación de la tecnología, en su mayoría obsoleta, pues en las
condiciones actuales de crisis mundial, Cuba no puede construir
nuevas fábricas.
El producto terminado se utiliza para elaborar varias salsas,
Vita Nuova y puré con salsa en diferentes porcentajes destinados al
turismo en frontera, el consumo social y a la venta directa a la
población.
Cada envase de pasta de tomate de dos mil 500 gramos que el país
importaba, significaba una erogación de 3,16 dólares, y en la década
del 80 del pasado siglo se compraban como promedio más de cuatro
millones de esas latas.