. — A 184 se elevan
hoy los muertos por las lluvias, deslaves e inundaciones que el fin
de semana devastaron parte del territorio salvadoreño, según el más
reciente balance del Servicio Nacional de Protección Civil.
Las intensas precipitaciones, asociadas a la tormenta tropical
Ida y a un sistema de baja presión en el océano Pacífico, afectaron
a cinco departamentos, donde se reportan 58 desaparecidos y 14 mil
damnificados.
El fenómeno meteorológico destruyó mil 779 viviendas, 200 de
ellas en su totalidad, 24 puentes y más de 40 escuelas, y causó
pérdidas millonarias en la agricultura y la ganadería.
Un equipo de la Comisión Económica de la ONU para América Latina
(CEPAL) llegará el próximo lunes al país para cuantificar las
pérdidas.
En tres o cuatro semanas la misión de la CEPAL elaborará un
informe de lo que le costará al país la reconstrucción, dijo el
secretario técnico de la presidencia, Alex Segovia.
Los aguaceros, comparados con los del huracán Mitch, pusieron al
descubierto la vulnerabilidad del país, donde en las últimas dos
décadas se registraron 12 desastres con más de cuatro mil
fallecidos, señaló la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos.
Veinte años de políticas neoliberales, aplicadas por los
gobiernos de la Alianza Republicana Nacionalista, aumentaron los
índices de pobreza y las migraciones hacia cinturones urbanos y
zonas vulnerables, como las laderas de los cerros.
Durante el desastre del último fin de semana los poblados más
afectados fueron los ubicados en las faldas del volcán Chinchontepec,
del departamento de San Vicente, donde aún continúa la búsqueda de
los desaparecidos.
De acuerdo con el ministro de Gobernación, Humberto Centeno, en
lo adelante ya no serán construidos albergues ni viviendas
permanentes en lugares de riesgo.