Hace
poco más de un año llegué por primera vez al corazón de la comunidad
Puerto Manatí, en Las Tunas. Si aquella tarde el cielo cumplía su
amenaza de descargar un torrencial aguacero, los habitantes del
poblado podrían revivir, de alguna forma, los recuerdos del paso del
devastador huracán Ike. Sin embargo, el clima jugó en contra de
todos los pronósticos, y lo único que cayó sobre la vida de los
manatienses fue una lluvia de canciones salidas del repertorio del
célebre sonero cubano Compay Segundo (1907—2003), e interpretadas
por el grupo que lleva su nombre y lidera su hijo Salvador Repilado.
La agrupación encabezaba una brigada cultural que viajó desde La
Habana para actuar para los damnificados por el meteoro en el
oriente del país. Cada vez que desembarcaba en algún nuevo poblado
uno de sus integrantes repetía con la misma emoción una frase que
recordaba la letra del primer tema compuesto por Compay a los 15
años: "Nosotros estamos aquí para cantar", decía, y enseguida la
mayoría de los pobladores se dejaban seducir por cálidas melodías
como el mítico Chan Chan o Las flores de la vida, que
han mantenido a través del tiempo la virtud de fundirse con las
sustancias más auténticas del pueblo.
Para Salvador, contrabajista del grupo, la experiencia no solo
fue una especie de reencuentro consigo mismo como ser humano y
artista, sino que le permitió, además, honrar a lo grande el legado
de su padre, uno de los astros de la "galaxia" Buena Vista Social
Club, cuyo aniversario 102 se celebrará el próximo 18 de noviembre.
"Compay nos decía que antes de ser artista, había que ser una
persona digna, querer a su país y tener ética. Esa fue una sus
primeras enseñanzas y nosotros la tomamos al pie de la letra. Por
eso la gira por las provincias afectadas por los huracanes nos llenó
de gran alegría. Queríamos ir allí para contribuir a recuperar la
vida espiritual de las personas y ayudarlas en la construcción de
sus viviendas", dice Salvador a Granma, quien comparte el line-up
del grupo con el cantante Basilio Repilado, otro hijo de Compay; y
músicos de pura cepa como Hugo Garzón, vocalista principal; Félix
Martínez—ex-laudista del grupo de la legendaria cantante Celina
González— en el armónico, ese instrumento a medio camino entre el
tres y la guitarra que el autor de Macusa paseó por medio
mundo; los clarinetistas Rafael Inciarte y Haskell Armenteros,
Rafael Fournier en la percusión y los guitarristas Nilso Arias y
Joel Matos.
¿Cómo influyó en el grupo la pérdida de Compay Segundo?
"Las agrupaciones pasan por un momento difícil cuando desaparece
su líder. En nuestro caso, perdimos una figura emblemática como lo
era Compay, pero hemos sido muy cuidadosos en guardar bien toda su
música, en estudiar cómo tocaba su instrumento y escribía sus
obras".
Llama la atención que la agrupación siga teniendo miles de
admiradores alrededor del mundo, aunque ya no cuente con su
principal figura¼
"Una de las principales características del éxito internacional
mantenido por el grupo es que muchas personas quieren escuchar la
música de nuestras raíces, esa música que habla de Cuba, de sus
bellezas. Por eso nuestros ritmos tradicionales son tan apreciados
en todo el mundo. Sin embargo en la Isla hay excelentes grupos y
músicos que muchas veces la gente no conoce lo que hacen. Por
ejemplo no se sabe prácticamente lo que está haciendo ahora
Barbarito Torres, que es un gran laudista, ni la Orquesta Jorrín.
También está el caso de los tríos, cuya música se ha ido perdiendo
en cierta medida. Y muchas veces nos sorprende que artistas de gran
imagen mediática internacionalmente se apropien de los temas de un
trío y empiecen a cantar canciones románticas cubanas alcanzando un
éxito extraordinario. Para cambiar esa situación es importante
divulgar toda la buena música cubana y así brindarle a las personas
la posibilidad de elegir de acuerdo a sus gustos y preferencias, sin
imponer un estilo determinado".
¿Por dónde pasa hoy el principal desafío para la agrupación?
"Existen muchas tendencias que están empujando a los artistas a
cambiar sus géneros en busca de mayor espectacularidad. Pero
nosotros continuaremos trabajando con nuestros ritmos más autóctonos
para reafirmar nuestra identidad, porque la música tradicional
cubana debe conservarse como algo patrimonial".