La Coralina HAP-200, un efectivo biomaterial capaz de restaurar o
reconstruir el tejido óseo dañado por diferentes causas, mereció el
Premio de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) a la
Creatividad y la Innovación Tecnológica, en la categoría de
Invenciones.
Desarrollado por investigadores de la dirección de Química del
Centro Nacional de Investigaciones Científicas, la generalización de
sus aplicaciones clínicas permitió tratar en el país a más de 20 000
pacientes, que requirieron de implantes óseos en las especialidades
de ortopedia y traumatología, estomatología, cirugía maxilofacial y
neurocirugía.
Asimismo, es utilizado con resultados favorables en la
reconstrucción estética del globo ocular en aquellas personas que lo
perdieron debido a tumores, traumas o secuelas quirúrgicas.
Más allá de su novedad e impacto social, este logro de la ciencia
cubana sustituye importaciones y tiene potencial para convertirse en
un significativo rubro exportable, pues los biomateriales se
comercializan a elevados precios en el mercado internacional. Los
autores principales de la invención son los doctores Ramón González
Santos y Alberto Guillermo Suzarte.
También la OCPI otorgó una mención al Sistema y Procedimiento de
Aspiración Automática, diseñado por los doctores Iván Rodríguez
Terrero, y Gilberto Suárez Fernández Rubio, del hospital general
docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja, de Guantánamo.
El lauro en la categoría de Signos Distintivos lo obtuvo la
denominación Los Portales, mientras en el acápite de Creatividad
Infantil y Juvenil, el premio fue para el trabajo Juegos Didácticos
para contribuir a la cultura energética utilizando la computación,
del alumno de noveno grado Ernesto Alejandro Obregón, de la ESBU
William Soler, de Jiguaní, Granma.