El connotado terrorista cubano-americano Santiago Álvarez
Fernández-Magriñá, fue liberado el miércoles de una prisión de
Inmigración en el Estado norteamericano de Georgia, donde cumplía
una condena por acopio de armas y obstrucción de justicia.
Álvarez Fernández-Magriñá, de largo historial terrorista contra
Cuba, es uno de los más cercanos colaboradores del criminal confeso
Luis Posada Carriles, y opera impunemente en Miami bajo la fachada
de un empresario urbanizador, subraya el sitio digital Cubadebate.
Detenido desde noviembre de 2005 junto al también apátrida
Osvaldo Mitat, Álvarez Fernández-Magriñá se declaró culpable de
conspirar para poseer armas ilegales y admitió su propósito agresivo
contra Cuba.
La Fiscalía norteamericana no presentó cargos de terrorismo, aún
con tales evidencias, y ambos criminales fueron condenados a cuatro
años de cárcel, sanción que se redujo a 11 meses, a cambio de la
entrega voluntaria de un alijo de armas que se mantenía oculto,
recuerda un despacho de la agencia Notimex.
Esa condena a Álvarez Fernández-Magriñá y a Mitat fue reducida,
no obstante recuperarse un arsenal sin precedentes en el sur de la
Florida, integrado por 30 ametralladoras automáticas, un
lanzacohetes, varias granadas, más de 200 libras de dinamita y 14
libras de explosivo C-4.
A finales de 2007, ambos se declararon culpables de obstrucción
de justicia en una investigación ligada a cargos de fraude
migratorio contra Posada Carriles y se negaron a testificar ante un
gran jurado federal sobre la entrada ilegal a EE.UU. de este
terrorista, reclamado por la justicia venezolana.
El abogado José Pertierra, representante de Venezuela en el caso
de la extradición de Posada Carriles, comentó a Cubadebate desde
Washington que Álvarez Fernández-Magriñá "no es ciudadano de los
Estados Unidos. Es solamente un residente permanente y sus
antecedentes penales militan contra la residencia".
Enrolado como mercenario de la Brigada 2506 (que invadió Girón en
1961), Álvarez Fernández-Magriñá mantuvo estrechos vínculos con las
organizaciones paramilitares Alpha 66 y Comandos L, con base en el
sur de la Florida, bajo la supervisión de la Agencia Central de
Inteligencia.