El bajo apoyo a
eventuales refuerzos militares en Afganistán y los aprietos
financieros para encarar operaciones de guerra marcaron hoy el tono
de la reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN).
La nueva estrategia manejada por Estados Unidos para permanecer
en esa nación centroasiática a contrapelo de los reveses en ocho
años de intervención extranjera, no acaba por hallar consenso pleno
entre los miembros de la OTAN y la cita de Bratislava lo demuestra.
En ese lapso las tropas intervencionistas sufrieron mil 445
bajas, de las cuales 869 son de Estados Unidos, el país con más
soldados, seguido de Gran Bretaña y Alemania.
A pesar de las repetidas alusiones esta semana en mensajes
directos a los aliados, el secretario general de la OTAN, Anders
Fogh Rasmussen, precisó que no se adoptarán decisiones concretas en
la cumbre extraordinaria en cuanto a un número de soldados
adicionales.
Rasmussen, quien asumió las riendas de la alianza en agosto
último, apoya el pedido del comandante de la Fuerza Internacional de
Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF, por sus siglas en
inglés), general Stanley McChrystal, para un envío de unos 40 mil
soldados más. El contingente multinacional supera los 70 mil
hombres.
El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió que haría
pública la nueva estrategia de guerra en el país asiático después de
las elecciones del del 7 de noviembre próximo.
Al admitir el escepticismo dentro del bloque por la ausencia de
éxitos en la campaña bélica desde 2001, el diplomático conservador
danés dijo estar consciente de que ó muchos se preguntan si el costo
del compromiso en Afganistán es demasiado alto.
Pero llamó a un último esfuerzo para evitar, según él, un coste
mayor por esa inactividad. Agregó que los aliados debían contribuir
mucho más a los entrenamientos de las fuerzas afganas.
Rasmussen dejó en claro la preocupación de la OTAN ante una
eventual retirada del escenario bélico al apelar a la vulnerabilidad
de la estabilidad regional por la situación en la frontera
afgano-paquistaní y las actividades de la red Al Qaeda.
Europa, en su opinión, sentirá las consecuencias de ello, es solo
cuestión de tiempo, aseguró.
Otro tema que centra las polémicas de la reunión informal en
Bratislava es el financiero y los aportes de los aliados al
presupuesto común del bloque, indicó el vocero del ministerio
eslovaco de Defensa, Vladimir Gemela.
La alianza acordó una serie de medidas que no tiene cómo
financiar, reconoció Rasmussen esta semana.
En la agenda hasta mañana figura también la nueva estrategia de
defensa antimisiles diseñada por Obama y en la que la OTAN ocupa un
peso importante, sobre todo de los aliados que albergarán en su
territorio los elementos del escudo balístico.