NACIONES UNIDAS.— Los países que integran la Organización de las
Naciones Unidas se comprometieron en 1995, en la Conferencia Mundial
sobre la Mujer celebrada en Beijing, a eliminar todas las leyes
nacionales que consagran la discriminación basada en el género.
¿Cumplieron?
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y femeninos han
procurado infructuosamente la designación de un relator especial de
la ONU dedicado a detectar esas normas.
Tal cargo sería redundante, según evaluaron en el Consejo de
Derechos Humanos y el cuerpo que le sucedió, la Comisión de Derechos
Humanos. Por lo tanto, desecharon la propuesta.
La ONU cuenta actualmente con una treintena de relatores
especiales, dedicados al estudio de temas internacionales (el
derecho a la educación, la condición de los migrantes, y la
violencia contra las mujeres, entre otros) o nacionales (como la
situación humanitaria en Belarús o en Sudán).
Pero el reclamo de que un alto funcionario del foro mundial
constate la existencia de leyes discriminatorias ha caído en saco
roto.
Con la segunda conferencia de revisión del cumplimiento del Plan
de Acción de Beijing programada para marzo próximo en la sede
neoyorquina de la ONU, la cuestión volvió a ser motivo de campañas
por parte de la sociedad civil internacional.
En 2005, una resolución de la Comisión de la Condición Jurídica y
Social de la Mujer, de la ONU, llamó a "considerar la conveniencia
de designar" un relator especial.
Una segunda resolución, aprobada el año siguiente, llamaba a la
provisión del cargo "tomando en cuenta los mecanismos existentes,
con el fin de evitar la duplicación" de tareas con otros órganos o
funcionarios del foro mundial.
"Si la ONU pretende mantener su credibilidad y no ser
desacreditada como una mera tertulia, debe asegurarse de cumplir
urgentemente con su compromiso de remover las leyes discriminatorias
contra las mujeres", indicó el año pasado el Alto Comisionado para
los Derechos Humanos.
Se prevé que el Consejo de Derechos Humanos acepte o rechace la
propuesta esta semana o la próxima en la sesión que se desarrolla en
su sede en Ginebra.
Varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas Equality
Now, han realizado durante 15 años el análisis de las leyes
nacionales para el cual la ONU se resiste a nombrar un relator
especial.
En ese periodo hubo pocos cambios en la cantidad de leyes
discriminatorias. Y como las mujeres gozan de protección legal,
carecen de espacio y de recursos para lograr que sus derechos sean
reconocidos, según activistas.
La posibilidad de designar un relator especial fue formulada en
2005, cuando se revisó el cumplimiento de los compromisos de Beijing
10 años después de la conferencia. "Ya era claro", entonces, que los
gobiernos estaban omisos, evaluó Faiza Jama Mohammed, directora de
la oficina en Nairobi de Equality Now.
En la capital china, los países se comprometieron a eliminar las
leyes discriminatorias antes de 2005. "Hoy, cinco años después,
todavía existen leyes discriminatorias en todo el mundo", se
lamentó.
En algunos países, las normas permiten a los hombres someter a
sus esposas a actos de violencia si ellas son "desobedientes" y él
"necesita corregirlas", ejemplificó.
La edad mínima para contraer matrimonio es, en muchas naciones,
menor para las niñas que para los niños. Algunos estados permiten a
los hombres tener muchas esposas, o incluso violarlas.
En ciertos países se les niega a las mujeres el derecho al voto,
a conducir vehículos, a poseer propiedades o a presentarse como
candidatas, "a pesar de las reiteradas promesas de los gobiernos",
dijo Mohammed.
Las leyes discriminatorias vigentes en países de todo el mundo
tienen como consecuencia volverlas vulnerables a la violencia,
impedir su participación plena en la sociedad, y bloquearles el
camino a la equidad.
Organizaciones de derechos humanos han reclamado en los últimos
cinco años la creación de un mecanismo especial dentro de la ONU
para alentar a los gobiernos a acelerar sus esfuerzos por la
derogación de leyes discriminatorias y para asistirlos en la tarea.