Cuba eliminó la importación del bromuro de metilo y de
clorofluorocarbonos (CFC), con lo cual contribuye a la protección de
la capa de ozono y a dar cumplimiento a los acuerdos del Protocolo
de Montreal.
Nelson Espinosa, director de la Oficina Técnica del Ozono del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, dijo a la AIN
que con un año de antelación se cumplió el programa previsto para la
conservación del escudo protector de la tierra contra los rayos
ultravioleta del sol.
Espinosa aseveró que la estrategia constituye un aporte
significativo a la salud y el medio ambiente mundial, siendo el
resultado más importante en estos años de implementada la
iniciativa.
El documento, que controla alrededor de 100 sustancias que
debilitan la capa de ozono, fue firmado el 16 de septiembre de 1987
por 24 naciones, y hoy abarca a 195 estados bajo el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Las emisiones de carbono dejadas de emitir a la atmósfera entre
1990 y 2000 se estiman en 25 billones de toneladas de dióxido de
carbono, indican informes del PNUMA.
Entre las medidas implementadas en la Isla está el empleo del gas
acompañante de la producción de petróleo, como combustible doméstico
y en la generación eléctrica.
Por ese concepto los pozos petroleros del municipio de Santa Cruz
del Norte, en la provincia de La Habana, dejaron de emitir a la
atmósfera 20 por ciento menos que el pasado año.
Con esta línea, más de un millón de personas de la capital cubana
se benefician hoy con la utilización del componente del hidrocarburo
en la cocción de alimentos, aspecto que además, contribuye a mejores
condiciones de vida de la población.