La centenaria acaudalada de Bayamo

Sara Sariol

BAYAMO.— Por estos días los descendientes de Rosalía Remón Montero, que vive en esta ciudad de la provincia de Granma, hablan con insistencia de su cumpleaños número 100. Ella confirma que la mayor satisfacción es tener una familia consecuente con sus raíces mambisas.

Foto de la autoraRosalía es saludable y feliz como miles de adultos cubanos.

A Rosalía el tiempo la despojó de la visión, pero no ha podido extinguirle la memoria. Impresionan sus recuerdos de la infancia, la cual trascendió junto a sus 10 hermanos en el actual municipio de Yara, donde nació el 4 de septiembre de 1909.

"Mi vida fue pobre, muy pobre", enfatiza y resume así de breve la primera mitad de su existencia, enmarcada en la etapa en que a Cuba los desgobiernos la hacían dependiente, y en la cual su familia pasaba trabajos "de mil demonios para buscarse un mísero sustento." Solo teníamos como riqueza la dignidad, dice, mientras advierte que su familia de origen y la que formó después de casada, son de raíces mambisas y siempre fieles a esa estirpe.

Su mamá Francisca Montero Maceo —asegura— era prima del Titán de Bronce y su esposo Teoribio Chala Peña, nieto del teniente coronel Nicolás Chala Nieto, que como Máximo Gómez integró la reserva dominicana del Ejército Español, y una vez en Cuba se unió a nuestros mambises en la contienda libertadora.

Nicolás luchó junto a los cubanos en el 68, y en las guerras chiquita y la del 95, y en esa última sumó también a su hijo Nicolás Chala Romero, padre de Teoribio, quien fue por el ejemplo del padre y el abuelo una suerte de luchador social.

"Yo tengo un gran capital —destaca Rosalía—; son mis ocho hijos. Por herencia patriótica, se unieron al Ejército Rebelde". Se refiere primero a Gladys Norma Chala Remón, luchadora clandestina y luego integrante de la columna guerrillera número uno. Sus otros retoños: Juan David, Salvador Marino, Adis, Juan Bautista, Aldo Enrique, Félix Nibardo y Vladimir, también participaron en la clandestinidad antes de sumarse a finales de 1957 a las tropas del capitán Concepción Rivero.

"Me siento orgullosa de mis retoños —destaca la centenaria— porque fueron y son fidelistas y apoyaron la guerra contra el tirano Batista en un lugar llamado el Doce y medio, en Río Cauto, donde vivíamos.

"Conocí a Camilo Cienfuegos cuando bajó de la Sierra a pelear en aquella llanura, recé por él y por mis muchachos, y le prometí a Santa Clara que si salían de la guerra con vida vestiría de blanco hasta el último de mis días. Nunca hasta hoy me he puesto ropa de otro color."

FELIZ CENTENARIA

Por cariño a Rosalía todos la llaman Chocha. Disfruta junto a sus hijos de 32 nietos, 37 bisnietos, 8 tataranietos y un chozno. "Unos cuantos de ellos han cumplido misión Internacionalista y algunos aún la hacen.

"¿Ven que tengo una gran riqueza? Solo le pido a mi familia que el día que yo falte se quieran más, se ayuden mucho y estén siempre unidos".

Rosalía Remón Montero es una centenaria feliz, de verbo fluido, memoria prodigiosa y ánimo envidiable. Ella canta porque experimenta la felicidad de haber nacido en Cuba, un país en el que, aún bloqueado, la esperanza de vida de su gente es como promedio de 78 años. Cientos y cientos, como esta bayamesa, incluso superan el siglo de existencia.

 

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