Con el mismo encanto de aquella damisela hecha canción, llegó
Asela de los Santos Tamayo a sus 80 cumpleaños. Y fueron
precisamente las melodías preferidas y cantadas durante años, el
abrazo de los compañeros de lucha, el guiño feliz de la familia, el
beso tierno del esposo José Ramón y la admiración de su pueblo el
mejor modo de agasajar a esta cubana, comprometida aún con el
destino de su Patria.
Asela se declaró conmovida desde que comenzó a amanecer este 10
de septiembre ante tantas muestras de afecto que por su modestia
creyó no merecer. Pero allí, en el Centro Nacional de los
Combatientes de la Revolución, se reunieron los amigos para
recordarle su entrega incondicional a Cuba, los arriesgados tiempos
de la Sierra Maestra, su ejemplaridad como educadora y su capacidad
para brindar siempre el consejo oportuno y la incondicional ayuda.
De ello habló Jorge Risquet, compañero de tanta lucha y miembro
del Comité Central del Partido. Contó cuando en aquellos primeros y
difíciles meses de la Revolución llegó a Santiago con su esposa y
pequeño hijo sin saber donde podían alojarse, y fue la mano de Asela
de los Santos quien abrió las puertas de su hogar para que la
familia Risquet tuviera techo seguro. Este gesto de bondad nos
muestra a Asela en su profundo y callado humanismo, en su
generosidad discreta, dijo.
Recordó Risquet los tiempos en que la homenajeada participó en
las luchas estudiantiles por la oficialización de la Universidad de
Oriente y conoció a su entrañable amiga Vilma Espín, los días en que
estuvo presa por oponerse al golpe de Estado de 1952; su valentía
durante el alzamiento de Santiago, la lucha clandestina y en la
guerrilla. También enalteció la obra de Asela como educadora desde
que allá en la Sierra Maestra ayudara a fundar cientos de escuelas.
La tarde del cumpleaños 80 de Asela de los Santos devino momento
oportuno para el recuento de anécdotas y el reconocimiento, como los
que le otorgaran la Asociación de Combatientes, la Federación de
Estudiantes Universitarios y de la Enseñanza Media, y la Unión de
Jóvenes Comunistas pues para todos ella es paradigma de mujer
cubana, madre y revolucionaria.
Por ello, Asela de los Santos a sus 80 años sigue cautivando a
Cuba.