Sostendrán desde Guane redes eléctricas y
telefónicas del país En fase de
puesta en marcha una moderna planta para la producción de postes
Ronald
Suárez Rivas
PINAR DEL RÍO.— Aunque todavía no se ha cortado la cinta que la
declare inaugurada, una moderna planta para la fabricación de postes
eléctricos y telefónicos entrega ya sus primeras producciones a la
economía del país.
Con
cada uno de estos postes de grandes dimensiones el país ahorra
alrededor de 100 dólares.
Más de 1 950 piezas han salido de aquí en las últimas semanas, y
se espera completar las 10 000 para finales de año. Ese sería el
primer paso para estabilizar una producción de 30 000 postes anuales
a partir del 2010.
Levantada sobre lo que fuera la planta de creosoto del municipio
de Guane, una de las primeras industrias creadas por la Revolución
en Vueltabajo (1961), la nueva instalación transitó por un amplio
proceso constructivo a un costo de 2,5 millones de CUC y 2,2
millones de pesos.
Sin embargo, la calidad de los postes y los precios ampliamente
rentables justifican la inversión.
"Según sus dimensiones, el valor de un poste oscila entre 150 y 1
100 dólares en el mercado internacional. En nuestra unidad esas
cifras son muy inferiores", asegura Francisco Díaz, jefe de la
planta.
La
máquina descortezadora acelera el proceso y mejora el acabado de los
postes.
Pero no es esta la única ventaja. Además de no depender de los
altibajos del mercado internacional, la posibilidad de producir en
el país permite que los capitales circulen internamente y da
garantía de empleo a decenas de personas que intervienen en el
proceso, desde que se corta la madera en el bosque hasta la
transportación del producto terminado por ferrocarril hacia
cualquier provincia.
LOS ORÍGENES
Después de ser modelados en una torneadora e impregnados de sales
hidrosolubles, los postes adquieren un excelente acabado y una
durabilidad que se espera rebase los 30 años.
"Esta es la tecnología que impera actualmente en el mundo. Tiene
la cualidad de ser muy efectiva y no agredir el medio ambiente",
comenta Francisco.
El
costo de cada uno de estos postes de 10,7 metros en el mercado
externo es de 150 dólares, pero en esta industria no llega a los
100.
Anteriormente la industria pinareña usó creosoto para la
impregnación, y a partir de 1987 empleó el alquitrán. Hoy ambas
sustancias están en desuso en Cuba y en buena parte del orbe, por
ser altamente nocivas a la salud humana y a la naturaleza. "Los
postes quedaban con residuos. A los linieros les era incómodo
trabajar sobre ellos. El rostro se les afectaba por el contacto con
el producto. La ropa y los guantes no duraban", recuerda el
directivo.
Era un proceso rústico. Durante muchos años, ante la falta de
equipos para quitarles la corteza a los pinos, se empleó un
utensilio al que jocosamente le dieron el nombre de moncinete, en
honor a Benigno Monzón, el trabajador de la planta que lo ideó.
Luego los troncos eran llevados a una vieja autoclave. Solamente
en cerrar la puerta se perdían 50 minutos, pues había que apretar
manualmente 62 tornillos de 46 milímetros, y para abrirla se debía
repetir la misma operación.
Con tales contratiempos, la producción oscilaba entre 10 y 15 000
postes anuales cuya vida útil muchas veces no pasaba de una década.
Rebasar esa cifra resultaba una proeza.
TIEMPOS MODERNOS
Pero para la planta pinareña eso es historia pasada. Ahora,
modernos equipos se encargan del izaje y acarreo de la madera en el
bosque. Después se elimina la corteza de los troncos en una máquina
torneadora operada por un obrero que permanece cómodamente sentado.
A continuación, en grupos de 70 y hasta 90, según las
dimensiones, los troncos son introducidos en una nueva autoclave
donde una computadora controla el proceso de impregnación. Abrir y
cerrar la puerta demora segundos.
El resultado final es un producto fácil de manipular y mucho más
duradero.
Por último, a través de un acceso ferroviario que enlaza la
planta con el ferrocarril central —también comprendido en la
inversión— las producciones son enviadas hacia donde se necesite.
Tales posibilidades hacen que a partir del año próximo esta
unidad tenga la responsabilidad de fabricar más del 36% de los
postes que se demandan nacionalmente.
"Se pueden obtener de todas las dimensiones, desde 7,5 metros,
destinado a la telefonía, hasta los de 21 metros, para las líneas de
alta tensión —asegura Francisco—. No obstante, el grueso de la
producción se concentrará en los de 10,7 metros, pues son los que
predominan en nuestras ciudades dando soporte a los tendidos
eléctricos".
En fase avanzada de puesta en marcha, con muy pocos detalles por
concretar, la inauguración oficial de la planta de impregnación
parece cuestión de días. Luego de ello, respaldada por los vastos
recursos forestales de la zona, la producción tendría garantía de
materia prima para más de dos décadas.
"Anualmente sería preciso cortar 30 000 pinos cuya edad oscila
entre los 25 y los 30 años. No obstante, la política de plantar 1,6
hectáreas de árboles por cada una que se tale asegura la
sostenibilidad del proyecto", explica Ángel Ramos, director de la
empresa Macurije, con un patrimonio de 88 000 hectáreas de bosque,
en cuyo centro se encuentra enclavada la planta.
De modo que en lugar de provocar estragos, la industria pinareña
podría constituir además un referente de cómo el hombre y la
naturaleza pueden convivir en armonía. |