Primero, porque todavía falta definir el color de esos cuatro
metales; y segundo, porque el objetivo primario de este equipo aún
es crecer, antes que restaurar la primacía de ediciones pasadas. Que
no es fácil emprender esa ardua misión, cuando por razones harto
conocidas el boxeo cubano debió quemar etapas recurriendo a jóvenes
previstos para el próximo ciclo olímpico, algunos de los cuales
sorprendieron a la cátedra especializada al regresar de Beijing’08
con preseas de plata y de bronce.
Vaya por delante entonces que es cierto: en la cita estival se
duplicó el botín de ahora. Pero igual lo es que al final se fue de
vacío en la conquista del oro, un dato reflejado a las claras en el
lugar 28 de la Isla en el escalafón olímpico. De ahí que la meta más
inmediata sea ganar cuando menos un metal áureo con los medallistas
de entonces, el submonarca Yankiel León (54 kg) y los bronceados
Roniel Iglesias (64) y Osmay Acosta (91), pues —aún sin dar nada por
perdido— más difícil se presume ese desafío para el campeón juvenil
del orbe José Larduet (81), quien a sus 19 años tendrá un complicado
pleito con el ruso Artur Beterviev, subtitular de Chicago’07.
Precisamente es Rusia la escuadra que parte con más opciones para
dominar el medallero de la justa, al ser la única entre las 21
naciones aseguradas que tendrá una presencia masiva en el cajón de
premiaciones, con ocho representantes en el cartel semifinal de hoy.
A continuación, le siguen los equipos de Cuba y Uzbekistán con
cuatro cada uno, y los de Mongolia y Ucrania con tres; mientras
Italia, China, Francia, Alemania y Puerto Rico tendrán un par,
respectivamente.
Por Latinoamérica también ascenderán al podio Venezuela y México,
gracias al mediano Alfonso Blanco, subcampeón de la edición
anterior, y al pluma Óscar Valdés, titular juvenil del orbe en
Guadalajara’08, por ese orden. Histórico es el caso del último, al
ser el primer púgil de su país con esa condición, toda vez que en la
versión inicial de 1974, Emeterio Villanueva se quedó a un paso de
las preseas.