El Proyecto Mambí, experiencia cubana para la construcción de
viviendas en zonas rurales, aspira al Premio Mundial de Hábitat que
otorga cada año la Organización de Naciones Unidas.
En su edición digital, la revista Bohemia, se refiere a esta
iniciativa que consiste en la edificación de casas con tablas de
palma, pero con el baño de mampostería y techo de placa, mientras la
meseta de la cocina también es de construcción sólida, para soportar
los embates de ciclones.
Este tipo de edificación comenzó en Pinar del Río, en el
occidente de la Isla, con el propósito de beneficiar a familias que
perdieron sus hogares por causa de los ciclones que azotaron a Cuba
el pasado año.
El Proyecto Mambí, nombrado como los independentistas cubanos,
empezó con la idea de emplear esa madera de las palmas derribadas
por los huracanes, en la producción de viguetas y otras piezas, y
después se determinó utilizarlas en la construcción de los citados
inmuebles.
La Empresa de Transporte de la Construcción en Pinar del Río (Trayco)
alentó el aprovechamiento de las decenas de miles de palmas
derribadas por los huracanes Ike y Gustav.
"Nos propusimos hacer 150 casas, luego hablamos de 503 y después
hicimos un estudio con la empresa forestal para calcular la cantidad
de palmas y otros árboles caídos", declaró Ana Gloria Picart,
directora de Trayco.
"Entonces decidimos construir dos mil 245 viviendas y acometer
mil 537 reparaciones de cubierta", comentó.
Con el gasto de cemento y otros materiales empleados para una
casa convencional de bloques, se pueden levantar tres del Proyecto
Mambí, mediante el cual ya se han terminado más de 600 viviendas en
varios municipios de la provincia pinareña.
En 2008, los ciclones destruyeron en el país de manera parcial o
total alrededor de medio millón de casas, cuya reposición enfrentan
las autoridades cubanas en cada comunidad, con el apoyo de los
pobladores.