Santa y Clara como su gente

Freddy Pérez Cabrera

En las mañanas, Marta Anido Gómez-Lubián abre las ventanas de su casa para asomarse a un panorama que la ha cautivado por más de 70 años. Su mayor pasión es subir a la azotea y contemplar los miles de pajaritos, procedentes del Parque Leoncio Vidal, que en cada alborada se despiden de los santaclareños.

Fotos del autorMarta Anido, una de las mayores conocedoras de la historia y las tradiciones de la ciudad.

Nació un 20 de mayo, fecha infausta para la Patria, por eso sus abuelos, patriotas de las guerras del 68 y el 95, le llenaron la cuna de banderas cubanas y, por si fuera poco, le pusieron por nombre Marta, en honor a Doña Marta Abreu de Estévez, la benefactora de la ciudad.

Con uno de los apellidos más arraigados en Santa Clara, esta mujer es reconocida como una de las mayores conocedoras de la historia y las tradiciones de la ciudad, que este 15 de julio arriba a sus 320 años de fundada.

Cuando habla de la urbe las palabras le brotan del alma. "Fueron 18 las familias y cerca de 176 personas las que vinieron, procedentes de Remedios, para establecerse en esta región, que era muy fértil. En poco tiempo comenzaron a aparecer ingenios, minas de cobre y de oro; las cosechas de trigo eran inmensas, por eso yo digo que es falso que venían huyendo de corsarios y piratas, ellos buscaban progreso económico".

Fotos del autorLos santaclareños somos desprendidos, compartimos todo lo que tenemos, y nunca cerramos el paso a nadie que nos necesite, afirma Marta Anido.

Al caracterizar a los pilongos, como suele llamarse a los nativos de esta tierra, expresa que "los santaclareños somos personas desprendidas, compartimos todo lo que tenemos, y nunca cerramos el paso a nadie que nos necesite. Además, aquí hay una tradición de patriotismo que muchos ni conocen, incluso antes de tener arraigado un sentimiento de nación y nacionalidad".

"Fíjate que en 1742, cuando los ingleses entran por Guantánamo, las milicias de esta tierra marcharon hacia el Guaso a combatir al agresor, y luego, durante la toma de La Habana por los ingleses, se convocó a los varones mayores de 12 años a defender esa ciudad, y no fueron pocos los que combatieron y murieron junto a Don Juan de Moya, en Guanabacoa y otros lugares de la capital".

Fotos del autorEste 15 de julio Santa Clara arriba a sus 320 años con varias de sus instalaciones remozadas.

Mientras camina por el Parque Vidal, se detiene ante un obelisco ubicado frente a la Biblioteca Provincial Martí en honor al Coronel del Ejército Libertador, Leoncio Vidal Caro. "Esta es la única Plaza de Cuba que fue asaltada por las fuerzas revolucionarias en las tres guerras por nuestra independencia. En la del 68 Manuel Tita Calvar atacó y tomó este parque. Luego, en 1896, Leoncio Vidal combatió de manera fiera para conquistarla, hasta caer mortalmente herido. Y en fecha más reciente, en diciembre de 1958, durante la toma de Santa Clara por tropas al mando del Che, se batalló muy duro en áreas del parque hasta rendir a las fuerzas batistianas apostadas en el Gran Hotel, hoy Santa Clara Libre".

Hay tres momentos de su tierra natal que nunca olvidará. El primero, la conmemoración del centenario del natalicio de Doña Marta Abreu en 1945. "Fue algo grandioso. El pueblo entero en las calles dialogando con los nietos de la benefactora, quienes vinieron, procedentes de Francia, a la festividad. Tal vez ese día sentí por primera vez la responsabilidad adicional que contraía con esta ciudad por llamarme Marta".

Fotos del autorBiblioteca Provincial Martí, antiguo Palacio de Gobierno.

"El segundo, la Batalla de Santa Clara. Ver a los combatientes rebeldes, con aquellas barbas y melenas mezclados con las personas en las calles, resultó algo impresionante, al igual que el encuentro con el Che.

"Recuerdo que fue el Primero de enero de 1959 a las 7:00 a.m. Él iba con Aleida, a quien yo conocía por vivir en mi cuadra. Fue la primera vez que lo vi, y me impresionó muchísimo. No olvido que dijo, usted está cometiendo una gran imprudencia, aún quedan muchos francotiradores disparando y no debe andar por las calles."

Cinco días más tarde se produjo el otro momento inolvidable en la vida de Marta Anido: la llegada de Fidel a Santa Clara al frente de la Caravana de la Libertad, el 6 de enero. Antes había oído hablar del líder de la Revolución por boca de Margot Machado y Chiqui Gómez, su primo hermano. Además, por pertenecer a la célula del 26 de Julio, ese nombre era frecuente en las reuniones de la organización.

"Resultó la apoteosis. No cabía una persona más en el Parque Vidal para escuchar a aquel ‘mago’ que llegó precisamente el Día de Reyes a regalarnos la libertad", recuerda la doctora Anido, mientras señala el lugar exacto donde habló Fidel en los portales de lo que es hoy la Biblioteca Martí, antiguo Palacio de Gobierno.

Hoy también hay motivos para la alegría, agrega la historiadora. "La resurrección de varias instalaciones de la ciudad como el Teatro La Caridad, el Museo de Artes Decorativas, la Casa de la Cultura Juan Marinello y la sede de la UNEAC, son algunas de las obras emprendidas para devolverle a la urbe el esplendor que siempre tuvo".

Al despedirnos, Marta pide dos deseos para su ciudad en este 320 cumpleaños. El primero, no quisiera morirse sin ver a una compañía de ballet de Santa Clara, y el segundo que siempre esté tan bonita como en estos días.

 

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