.— El golpe militar de
Honduras trazó una raya ardiente en el Partido Liberal que separó a
las bases de las cúpulas tradicionales que se unieron a la asonada,
coincidieron hoy dirigentes de la organización.
Los sectores de base, junto a varios alcaldes y diputados,
acordaron ayer en una plenaria nacional desconocer a la junta
directiva central y a legisladores y funcionarios comprometidos con
la ruptura del estado de derecho.
Ratificaron además la alianza con las fuerzas populares que desde
hace 18 días mantienen marchas y otros actos de resistencia pacífica
para exigir el retorno a la legalidad democrática y del presidente
constitucional, Manuel Zelaya.
Varios dirigentes acusaron de traición al presidente de facto, el
empresario Roberto Micheletti, al candidato presidencial
oficialista, Elvin Santos, y los diputados que aprobaron el
derrocamiento del presidente Manuel Zelaya.
Santos recibió un ultimátum que vence este miércoles para
pronunciarse firmemente contra el golpe o de lo contrario será
rechazado por los liberales como candidato para las elecciones del
29 de noviembre próximo.
No obstante, el joven dirigente Carlos Eduardo Reina alertó que
el silencio cómplice del candidato ha comprometido la victoria del
partido en los comicios, al informar que en apenas dos semanas
perdió 25 puntos en las encuestas.
La primera dama del gobierno de Zelaya, Xiomara Castro, censuró
incluso a Santos por no haberse interesado siquiera por la situación
de la familia del estadista, a pesar de la persecución a que la
sometieron los golpistas.
Los centenares de participantes en la plenaria decidieron
comenzar consultas desde los barrios y los municipios hacia una
nueva convención nacional para reconstruir el partido.
Aún cuando se trata de un proceso incipiente, todo indica que los
cambios impulsados por Zelaya durante su gobierno pueden alcanzar
también a su partido, cuyas bases han compartido en las calles la
resistencia antigolpistas de las fuerzas populares.
De acuerdo con la dirigente sindical Maritza Somoza, el ex
presidente Carlos Flores Facussé controlaba la organización como una
de sus tantos negocios privados.
Prensa Latina visitó ayer la sede central del Partido Liberal en
busca de reacciones, y la elegante edificación, en una exclusiva
zona comercial, se encontraba totalmente cerrada y sin un auto en
sus extensos estacionamientos.