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La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluye hoy aquí
sus deliberaciones, luego de varias sesiones de trabajo, centradas
en una masacre en Guatemala en 1982 y la muerte de indígenas en
Paraguay a inicios de 2008.
El encuentro, correspondiente al 40 período de reuniones de ese
organismo regional, incluyó también una discusión académica de cómo
el sistema juzga la violación de los derechos humanos por órganos
estatales.
Durante la apertura de las sesiones, el vicepresidente de la CIDH,
Diego García, resaltó el apego del gobierno boliviano al respeto de
los derechos fundamentales, en todas sus formas.
Reconoció aspectos plasmados en la Nueva Constitución Política
del Estado, mediante la cual Bolivia conformó un país pluricultural,
multiétnico y plurilingüe, como pilares de su patrimonio.
Por otra parte, García conminó al ex ministro boliviano del
Interior, Luis Arce Gómez, que revele el paradero de desaparecidos
de la dictadura de la cual formó parte entre 1980 y 1981.
El llamado "ministro de la cocaína" y brazo derecho del gobierno
de facto de Luis García Meza, escuchó la víspera una sentencia de 30
años de privación de libertad sin derecho a indulto, pero evitó
aportar detalles sobre los asuntos juzgados.
"Es un deber de las personas responder ante los tribunales; con
mayor razón cuando es sentenciado por la justicia", señaló el
jurista.
La CIDH es una entidad independiente de la Organización de
Estados Americanos (OEA), y la integran representantes de Chile,
Perú, México, República Dominicana, Jamaica, Costa Rica y Argentina.