Hemos
trabajado mucho los dos presidentes, con plena coincidencia en los
temas, así resumió el compañero Raúl el término de los dos
encuentros bilaterales que durante casi ocho horas en la tarde del
domingo y la mañana del lunes sostuvo privadamente con su entrañable
amigo Abdelaziz Bouteflika, Presidente de Argelia.
El General de Ejército salió de La Habana hacia Argel en la
madrugada del domingo en vuelo directo durante poco más de nueve
horas, acompañado por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés y
el General de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, ambos
miembros del Buró Político del Partido, y Ricardo Cabrisas,
vicepresidente del Consejo de Ministros, quienes sostuvieron
intercambios gubernamentales con los principales dirigentes
argelinos para reforzar aún más las relaciones bilaterales entre
ambos países.
Jovial, enfundado en una vestimenta deportiva, el Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministros, saluda a sus compañeros de
viaje, a la tripulación del avión de Cubana, bromea con algunos
periodistas y miembros de su escolta.
El avión parte a las 2 y 12 de la madrugada. Entre La Habana y
Argel hay en estos momentos cinco horas de diferencia, por lo que la
llegada al hermano país se produce sobre las 4 y 45 de la tarde. En
el aeropuerto internacional Houari Boumedienne, al pie de la
escalerilla y bajo una temperatura de 40 grados, esperaba a Raúl el
Presidente Bouteflika con una amplia sonrisa.
La primera visita de Raúl a la República Argelina Democrática y
Popular se produjo en agosto de 1977, después volvió otras muchas
veces en visitas de trabajo o como enviado especial del Comandante
en Jefe para intercambiar opiniones sobre diversos asuntos con los
dirigentes argelinos.
En febrero de este año ya había estado en Argel en visita
oficial, cuando conceptualizó las relaciones entre ambos países como
muy claras y muy fuertes, que no solo se han mantenido, sino que se
han reforzado con el tiempo.
En aquella oportunidad subrayó el carácter de esa hermandad
intensa que hay entre argelinos y cubanos al responder a una
periodista que ambos mandatarios tratarían de que avanzaran aún más
las relaciones, cosa realmente difícil porque mejores no pueden ser.
Los vínculos entre Cuba y Argelia comenzaron en los primeros
tiempos del triunfo revolucionario cuando guerrilleros argelinos
heridos en la lucha colonial contra el imperialismo francés fueron
acogidos en hospitales cubanos. Al día siguiente de la proclamación
de la independencia de Argelia, en 1962, ambos países establecieron
relaciones diplomáticas y un año después los combatientes
internacionalistas cubanos llegaron a este hermano país para
combatir al lado de los argelinos en contra de la agresión de
Marruecos. El propio Raúl despidió en el puerto al barco que
trasladó a los tanquistas hacia el puerto de Oran, en el
Mediterráneo.
Por su parte, Abdelaziz Bouteflika viajó a Cuba en 1972, meses
antes de la V Cumbre del Movimiento de Países No Alineados que tuvo
lugar en Argelia. En aquel memorable encuentro, el compañero Fidel
sostuvo largas conversaciones con el dirigente argelino; en
realidad, el Jefe de la Revolución Cubana sentía mucha simpatía
hacia él. Por esos días, el dirigente argelino, en respuesta a una
pregunta del periodista Luis Báez sobre cómo definiría a Fidel, dijo
aquella frase: Fidel tiene una cualidad excepcional de viajar al
futuro, observarlo, regresar y contárnoslo.
En 1974, cuando presidió la Asamblea General de la ONU, el
Presidente Bouteflika fue el autor de cambios de varias "reglas de
juego" en las Naciones Unidas para reconocer a los movimientos de
liberación. Quedará como un hecho memorable la manera en que
promovió la aceptación de la Organización para la Liberación de
Palestina como miembro con pleno derecho de la Asamblea y el
homenaje solemne que rindió al líder palestino Yasser Arafat como
jefe de Estado en el recinto de la ONU, frente al disgusto de
Estados Unidos y otros países occidentales.
Esos son algunos elementos de por qué tanto cariño y afinidad en
estas relaciones de hermanos que ahora motivan muchas especulaciones
de los medios de prensa y que no tienen nada de secreto. Son muy
transparentes en el deseo de seguir reforzando la cooperación
bilateral en todos los sectores e intercambiar puntos de vista sobre
la compleja situación internacional, mucho más sobre la XV Cumbre de
Jefes de Estado y de Gobierno del MNOAL que, cuando circule esta
edición, habrá comenzado sus sesiones en la ciudad egipcia de Sharm
el Sheikh.
La misma tarde del domingo, tras el arribo, ambos mandatarios
conversarían privadamente y proseguirían en la mañana del lunes
hasta pasado el mediodía, cuando interrumpieron la entrevista para
asistir a un almuerzo de trabajo con las respectivas delegaciones,
donde el momento se transforma en una prolongación del diálogo por
el análisis de los temas de la actual coyuntura internacional.
Después continuaría el encuentro entre ambos mandatarios hasta
horas de la tarde. Al culminar, a ambos presidentes se les aprecia
la satisfacción en los rostros cuando avanzan por el pasillo de la
residencia en que estuvieron reunidos mientras se dirigen hacia la
puerta de salida donde les espera la prensa. Las declaraciones
evidencian que ha habido plena afinidad.
Más tarde, el Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, acompañado por la delegación, se traslada hacia el Museo
Central del Ejército, ubicado en una de las zonas más céntricas de
Argel.
Convencidos de que la historia es el pilar de la nación, este
Museo (una joya arquitectónica, como la catalogó Raúl) muestra la
impresionante página de luchas emancipadoras de los argelinos. Desde
la etapa prehistórica, pasando por las épocas antigua e islámica,
los diversos estados en los primeros siglos, la colonización
española, la época moderna, la intervención francesa y hasta la
guerra de liberación que culmina victoriosa en 1962.
Durante casi tres horas, Raúl recorrió las principales áreas del
museo y recibió una explicación detallada en español por parte de
Ajabali Lila, especialista de este centro, sobre algunos de los
hechos más trascendentales, porque para conocer todo el recinto
harían falta no horas, sino jornadas.
Cada sala exhibe documentos de la época, grabados rupestres,
esculturas, modelos de armas, maquetas de batallas y otros muchos
detalles de la larga historia combativa de este pueblo hermano.
Sobrecoge la barbarie de esas intervenciones, pero
particularmente la del colonialismo francés. Por ejemplo, lo
ocurrido el 8 de mayo de 1945 en las ciudades Setif, Guelma y
Kherrata, cuando el ejército de ocupación asesinó a más de 45 000
ciudadanos durante las manifestaciones pacíficas para reivindicar el
derecho a la independencia.
Conmovido por las escenas de los dibujos y relatos de aquellos
monstruosos hechos en una fecha que marcó la derrota del fascismo
alemán, el Segundo Secretario del Partido recordó la barbarie que ha
caracterizado al colonialismo y al imperialismo y puso también el
ejemplo de la política de exterminio sobre la población cubana en el
siglo XIX con la criminal reconcentración de Valeriano Weyler.
Luego ante una maqueta que muestra los métodos de tortura de los
militares franceses de aquella época, Raúl comentó haber leído un
libro escrito por una periodista francesa, Marie Monique Robin, bajo
el título Los Escuadrones de la Muerte, la Escuela
Francesa. También vio un documental donde un grupo de generales
franceses retirados reconocen haber utilizado esos criminales
métodos.
El recorrido terminó por una sala donde objetos, documentos,
armas, objetos personales y fotos recuerdan la trayectoria militar y
política del inolvidable Houari Boumedienne y allí, para nuestro
orgullo, pudimos apreciar fotos de Fidel, quien estuvo de visita en
Argelia en siete oportunidades.
Ha sido esta una gran clase de historia que no olvidaré, dijo
finalmente el General de Ejército al despedirse de sus acompañantes.
En la noche, el Segundo Secretario del Partido despachó con sus
principales colaboradores una larga agenda de asuntos para partir en
las primeras horas de la mañana hacia Egipto, encontrándose
gratamente impresionado una vez más con su amigo Bouteflika, quien
acudió a despedirlo.
Fue una estancia de 41 horas en Argel que se caracterizó por un
profundo sentimiento de respeto, confianza y amistad.