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Donde antes crecía el marabú
Armando Sáez Chávez
CIENFUEGOS.— "Toitica esta parte de La sabana estaba cundía de
aroma," aseguró Marcial Martínez mientras con sus ojos, gastados y
arrugados de tanto ver recorría, hasta donde llegaba su mirada, los
paños ahora reverdecidos por diversos cultivos.
Yuniesky
y su padre Marcial han transformado parte del paisaje de La sabana.
Esta es solo una muestra de las tantas transformaciones agrarias
operadas luego de que el Decreto Ley 259 reguló la entrega de
tierras ociosas en usufructo a quienes estuvieron dispuestos a
hacerlas producir.
Yuniesky Martínez, beneficiado con una caballería, de la cual ya
pudo cosechar más de 70 quintales de tomate y 200 de col, prepara
ahora la inminente recogida del frijol. Y un poco más adelante lo
hará con la de yuca y calabaza intercalada, en tanto fomenta la
siembra de boniato.
Si bien Yuniesky estuvo vinculado a las labores agrícolas,
confiesa que en el presente se siente realizado porque es
responsable de su producción. Por supuesto, tiene el respaldo de su
padre Marcial y del primo Juan José Quintana que lo secundan en la
labranza.
Ahora el joven de 29 años es de los doce nuevos socios de las
Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) fortalecida Manuel Ascunce
Domenech, del municipio de Cienfuegos, explicó Diosdado Rodríguez de
la Fuente, presidente de esa asociación de base, Vanguardia Nacional
de la ANAP.
EL VAQUERO Y SUS SUEÑOS
De pequeño, para Pedro Bermúdez Pérez no había noche en que en
los turbulentos sueños infantiles no se viera terciando un brioso
corcel, que se le antojaba trotando en las sabanas.
Por eso cuando alcanzó su instrucción elemental buscó la forma de
enrumbar sus pasos por el manejo de los animales.
No conforme y con mucho sacrificio se fue haciendo de algunas
reses, aunque con el handicap que no tenía tierras fijas donde
pudieran pastar. Así las cosas, pasaron los años hasta que las
nuevas medidas le dieron la oportunidad esperada por mucho tiempo.
"Soy un hombre extremadamente feliz —confiesa— dispongo de una
caballería para pastorear mi masa vacuna, 23 animales entre vacas,
añojos y terneros. Al principio me asusté un poco por el grado de
infestación del marabú. Pero con la ayuda de algunos, han quedado
limpios los potreros."
Ahora en el periodo de seca Pedro entrega unos 40 litros de leche
directamente a la bodega Segundo Frente, en la barriada de Caunao.
Está seguro de que con la primavera puede muy bien superar el
centenar de litros por día, y cerrar el año con no menos de 10 000. |