.— Por lo menos 55
personas murieron y unas 120 sufrieron heridas hoy cuando un
atacante suicida hizo estallar una carga explosiva dentro del
restaurante Abdulah, de la norteña ciudad iraquí de Kirkuk.
El jefe de la policía de Kirkuk, brigadier Sarhad Qadir, indicó
que la potente deflagración fue provocada por una bomba, pero otras
fuentes aseguraron que se trató de un hombre que detonó su cinturón
en el recinto donde había funcionarios kurdos y líderes árabes.
Un funcionario kurdo aseguró que los líderes tribales árabes
asistían a un almuerzo con miembros de la Unión Patriótica del
Kurdistán (UPK) en el que negociaban las vías para apaciguar viejas
tensiones étnicas entre esos dos grupos y los turcomanos.
En el restaurante, afiliado a otro de igual nombre donde un
bombazo dejó 25 muertos en 2007, también se encontraban miembros de
una familia que celebraban el último día del Eid Al-Adha o Fiesta
del Sacrificio, una importante conmemoración musulmana.
La acción armada ocurrió en medio de fuertes medidas de seguridad
como parte de los preparativos de la visita a la ciudad del
presidente iraquí, Jalal Talabani, de origen kurdo y líder del
partido UPK.
Varias de las víctimas, según algunos informes, tenían previsto
asistir a una reunión con el jefe de Estado después del almuerzo
para discutir asuntos de seguridad en la referida urbe.
Puestos de control se establecieron en diversos puntos de la
ciudad, pero ni el ejército ni la policía pudieron impedir el que ya
se considera el más mortífero atentado en Iraq en el último
semestre.
La zona del siniestro es un rico enclave petrolero y, por lo
mismo, blanco de múltiples disputas entre grupos políticos y
económicos favorables o negados a concederle autonomía, a lo que se
suma su ubicación geográfica en la conflictiva región del Kurdistán
iraquí.
Los kurdos abogan por anexar Kirkuk y la provincia aledaña de
Tamim a su región autónoma en el norte del país, mientras la mayoría
de los residentes turcomanos y árabes prefiere mantenerla bajo el
control del gobierno central por miedo a que los primeros les
discriminen.
Entretanto, se conoció que cinco bombas explotaron este jueves
con poco intervalo de tiempo en igual número de inmuebles
pertenecientes a la policía y el ejército iraquíes en el área de al-Farouq
al-Qadeem, en Mosul, pero sin causar víctimas.