.— La retórica antinmigrante,
el empleo de autoridades locales para perseguir a latinos y la
estigmatización de la comunidad provocan una campaña de odio contra
ese sector en Estados Unidos, denuncia hoy el diario La Opinión.
El reciente asesinato a golpes del ecuatoriano José Osvaldo
Sucuzhanay en Nueva York no se trata de un caso aislado sino de una
peligrosa tendencia que es preciso condenar y atajar lo antes
posible, advierte un editorial del periódico.
Según el rotativo, Sucuzhanay es el tercer hispano asesinado en
los últimos cinco meses, ataques calificados como crímenes de odio.
En noviembre fue Marcelo Lucero, en Long Island, y en julio Luis
Ramírez, en Pensylvania, agrega.
Esta situación, destaca, provocó que numerosas organizaciones
latinas criticaran al gobierno federal y a los estatales por su
pasividad.
Para esos grupos, el tema ya tiene un alcance nacional, y por lo
tanto es necesario adoptar medidas.
Hemos escuchado más revuelo nacional sobre el peso de la
presentadora de televisión Oprah Winfrey que sobre la muerte de
estos seres humanos, cuestiona La Opinión.
Desde su llegada a la Casa Blanca en 2001, el presidente George
W. Bush incrementó las políticas antiinmigrantes, que incluyen la
construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y
México.
La valla enfrenta la oposición de numerosas agrupaciones de
derechos humanos, ecologistas y habitantes de la zona.
Como parte de la estrategia de la administración también se
incrementaron el número de soldados en la demarcación entre ambos
países y los fondos para los operativos contra indocumentados.